La noticia los tomo por sorpresa, en menos de cinco minutos cada chico que fuera cercano a Trey o Riddle se encontraba afuera de la oficina del director, algunos para dar apoyo moral y otros trataban de ayudarles a encontrar una solución.
—No deberían preocuparse tanto, Trey nunca ha mostrado un mal comportamiento o bajo rendimiento académico— decía Jade para animar el ambiente, Rook junto con Silver y Sebek le daban la razón.
El resto de los chicos de Heartslabyul rendirían su testimonio para ayudar al sub-líder de ser necesario.
Aunque el apoyo de sus amigos y conocidos más cercanos le hacía sentir acompañado, Riddle se encontraba desolado, ¿por qué su madre se empeñaba en controlar cada aspecto de su vida?
Nunca había ido en su contra, e incluso ahora que era más sociable no había descuidado sus deberes, pero parecía que nada era suficiente para esa mujer.
Yuu no había dicho nada, más allá de decirle a Grim que quemar la falda de la mujer no resolvería nada no sentía que pudiera dar algún aporte al problema de sus amigos.¿Había alguien que pudiera actuar de árbitro en esta situación?
—¡Eso es!— grito de la nada el chico de Onboro.
Todas las miradas se dirigieron a Yuu, —Lo siento, es que creo que tengo una idea, si no resuelve el problema de Riddle al menos hará que ganemos tiempo— comenzaba a explicar Yuu, pero antes de que pudiera decirles que había pensado, el director salió de su oficina.
—Cielos, esa mujer es una fiera… sin ofender prefecto Roseheart— decía Crowley nervioso, su imagen no daba buenas noticias.
—Disculpe director, Yuu iba a decirnos una propuesta para ayudar a Riddle— comentaba Silver, haciendo que la atención de todos volviera al chico de Onboro.
—¡Director Crowley, aún no hemos terminado!— la voz de la madre de Riddle salía del interior de la oficina de Crowley.—¡Sí!… enseguida voy…— nervioso Crowley le respondía, vio al chico sin magia y sin avisar lo tomo por el brazo y lo metió a la oficina con él, acto que dejo con cara de póker al resto de los presentes.
Los minutos pasaban sin novedad, ninguno podía adivinar que era lo que Yuu y Crowley le decían a la señora Roseheart.
—¡Que me sueltes te digo!— gritaba alguien que se dirigía a ellos por el pasillo, —¡Chenya, cálmese por favor!— calmaba un chico pelinegro, tratando de detener a otro chico con orejas de gato y cabello morado.
—¡Riddle, Trey!— el amigo felino de los chicos se arrojó a ellos cuando logro zafarse del agarre que Neige tenía sobre él.
—Oí lo que paso nya, disculpa Riddle, pero esta vez no voy a quedarme de observador— decía decidido el chico gato, aseveración que Trey secundo inmediatamente.
—¡Esperen chicos!, entiendo que estén enojados, pero…— trataba de calmarlos Riddle.
—Lo siento Riddle, pero esta vez es personal, mis papás ya se enteraron y vienen en camino— decía el chico de lentes.
Sus padres iban a asistir al festival hasta los últimos días, ya que no podían dejar tanto tiempo su panadería desatendida; sin embargo, con la situación actual no podían dejar a su hijo desprotegido.
La puerta se abrió, la primera en salir fue la señora Roseheart, cuando los ojos de ella se encontraron con los de Chenya y Trey fue como si el pasillo se hubiera convertido en hielo, los ojos de los tres sacaban chispas.
—Vámonos Riddle— le llamo su madre, no obstante el pelirrojo no se movió.
—Señora Roseheart, por favor, respete el acuerdo— decía Crowley saliendo de su oficina, siendo seguido por un pálido Yuu.
La mujer miró nuevamente a su hijo, antes de que Riddle sucumbiera a la presión, Trey y Chenya se pusieron frente a él.
La mamá de Riddle chasqueo la lengua y se retiró.
Una vez que la mujer estuvo lo suficientemente lejos, tanto el director como el prefecto de Onboro dejaron sacar un enorme suspiro, —Riddle, tu madre da miedo— dijo Yuu mientras una parte de su alma salía de su cuerpo.
—¿Pero qué paso haya adentro?— pregunto Cater por todos.
—¿Y este quién es?— preguntaba despectivamente la señora Roseheart al ver al estudiante que traía Crowley.
—Si bueno… él es el prefecto del dormitorio de Onboro, pero también de vez en cuando nos ayuda como apoyo emocional y psicológico para los alumnos— le presentaba el director, —Sí, claro, "apoyo"— decía Yuu de forma irónica.
Esta se la cobraría caro.
—Como sea, ¿va a acceder a mi demanda si o no?— exigía la mujer, —Bueno, nuestro querido alumno tiene una solución para este problema—, prácticamente el director le echo la bolita a Yuu.
—Hijuepu…
—¿Qué solución podría dar un chico como tú?— le interrogaba la señora Roseheart.
—Bueno… Crowley accedió a expulsar a Trey— les explicaba Yuu a los demás, los chicos sintieron un micro infarto antes de que el chico siguiera con su historia, —Pero solo lo haría oficial si Riddle y su madre tomaban una sesión con el hada de Luz… ¿Cuál era su nombre?
—¿Con la invitada del festival?— pregunto asombrado Riddle.
—Le invitade— corrigió el director, —Y sí, aunque fue difícil convencerla, su madre prometió no tomar ninguna medida hasta tener al menos una sesión con elle— termino la historia Crowley, la mayoría se sintió esperanzado con eso, pero los tres amigos de infancia aún temían por lo que podía pasar.
…
—Tenías que abrir tu boca— se quejaba Grim.
Los residentes de Onboro junto con Neige se encontraban sentados en una de las bancas de la cafetería.
—Ya te lo dije, yo solo iba a decirles a los chicos, Crowley fue quien me metió en este lío— le respondía Yuu, quien no había despegado el rostro de la tabla de la mesa, —Yo creo que hiciste lo correcto— le animaba Neige.
—¿Tú crees?— levantaba Yuu su rostro para ver al chico, —Bueno, es evidente que el amigo de Chenya tiene muchos problemas con su mamá, pero hablar es el primer paso para resolverlos— decía dulcemente Neige.
Yuu suspiro, al menos ya no tendría más que ver en aquel evento.
—Gracias, y gracias por invitarnos estas malteadas— decía Yuu dándole un sorbo a su bebida, —Ni lo menciones, aunque no esperaba que escogieras sabor café— menciono Neige.
—Me recuerda un poco a mi hogar— respondió el chico de Onboro encogiéndose de hombros.
Los chicos siguieron hablando un poco más, habían pasado unos diez minutos cuando Neige recordó que debía ensayar con Vil para una presentación que harían para el festival, se estaba despidiendo cuando la sonrisa en su rostro se desvaneció.
—Oye los fantasmas no dan tanto miedo— decía Grim pasando una patita frente a los ojos del chico, era como si Neige hubiera perdido la voz, de forma discreta señalo a la entrada de la cafetería, al ver, ambos integrantes de Onboro escupieron sus malteadas.
La madre de Riddle había entrado al lugar, al ver a Yuu fue directo a la mesa donde se encontraban.
—Me gustaría cambiar algunas palabras contigo, ¿estás ocupado?— aunque era amable la seriedad en el rostro de la mujer asustaba.
—Em… perdoné… mis amigos y yo ya nos íbamos…— se excusaba el chico, pero los asientos de sus compañeros estaban vacíos.
—Malditos— se quejaba en voz baja.
—Veo que si estás libre— sin esperar afirmación la señora Roseheart se sentó frente a Yuu.
—Primero, no me presente como se debe, soy la doctora Frances Roseheart— empezaba la plática la madre de Riddle, —Em… Yuuya Madrigal— se presentaba el chico nervioso.
La mujer le dio una larga mirada, Yuu no pudo evitar sentir como si un robot lo escaneara.
—Tu nombre es extraño— decía finalmente la mujer, —Mi mamá quería a fuerza un nombre japonés, mi papá estuvo bien con eso mientras el apellido de su familia se mantuviera— explicaba el chico incómodo.
—¿Japonés?, ¿es una tribu?— la mujer parecía desconcertada.
"Menso" se dijo a sí mismo Yuu.
—Em sí… son del sur…— mentía nervioso el menor, —¿Es en Shaftlands?, entiendo, he escuchado que aún hay tribus pequeñas por ese país— parecía que había logrado mentirle a la mujer.
El silencio fue incómodo al principio, la mujer suspiro y por primera vez Yuu pudo ver otro ángulo de ella, —De seguro tú también crees que soy una mala madre, ¿no es así?— aunque su tono de voz imponía, sus ojos lucían un poco cansados.
—Yo… yo no soy nadie para decir eso— trataba sé sonar cortes, la mujer rio, —Al menos tú eres educado— decía volviendo a su semblante serio, —Aunque no lo creas, solo quiero lo mejor para mi hijo.
Yuu ya esperaba una frase así, pero si aquella mujer quería su opinión sincera debía saber qué había detrás de esta.
—Eso lo noto, Riddle es de los mejores alumnos que hay en la escuela— decía con más confianza Yuu, —Pero considero que es un poco intensa con él… La mujer parecía contrariada, —Si supieras lo que paso… no me jugarías tan duramente, y entenderías que lo que hago con mi hijo es lo correcto— respondía orgullosa.
Yuu se mordía la lengua, se repetía que no era su asunto…
—¿Y a su hijo ya se lo dijo?
La señora Roseheart en realidad esperaba que el chico la contradijera; sin embargo, esa pregunta la tomo con la guardia baja.
—¿Para qué tendría que hacerlo?, es mi hijo, debe de saberlo— la mujer parecía decepcionada.
—Perdone que la contradiga, pero si Riddle supiera por qué usted hace lo que hace sería más fácil— le replicaba Yuu, —¿Me permitiría contarle una historia?
…
Los chicos de Heartslabyul junto con Chenya iban a la cafetería.
El director ya le había comunicado a Riddle en que momento tendría que ir con el hada de luz, por lo que mientras esperaban la hora, el resto de los chicos trataban de animarlo.
—Trey, ¿cómo van tus padres?— cambiaba de tema el pelirrojo, —Llegarán por la noche, Chenya, ¿seguro que pueden quedarse con tu familia?— preguntaba el de lentes a su amigo, —Claro nya, a ellos siempre les gusta convivir con tu familia— respondía el chico gato con mejor humor.
Riddle los envidiaba un poco, las familias sus amigos eran cercanas, lo suficiente para compartir algunas fiestas o, como en estos casos, mostrarse apoyo.
Los chicos llegaron a la cafetería, una risa llamo la atención de todos.
Fue como ver un elefante volar.
La madre de Riddle estaba riendo de lo que sea que Yuu le estuviera diciendo, ¿qué no hace algunas horas el chico le tenía miedo?
—Traidor— dijeron a coro Ace y Deuce.
La mujer se calmó, se levantó de su asiento y se despidió del chico.
Cuando la madre de Riddle estuvo fuera de la cafetería, los seis chicos rodearon amenazadoramente al Yuu, —Habla ahora o calla para siempre — le amenazaba Deuce tronándose los nudillos.
—¿¡Eh!?, oigan tranquilos— se defendía el chico.
—Ella nunca ríe así, ¿qué le dijiste?— Riddle era el más asombrado de todos. No era como si su madre estuviera seria todo el tiempo, pero era muy raro que ella se riera de esa forma con un extraño.
—Pues, primero me dijo que no me metiera con ella, luego le conté una anécdota, y luego le conté cómo Riddle uso salsa de ostión para hacer una tarta— respondía Yuu contando con los dedos.
—… ¿¡Porque le hablaste de eso!?— Riddle estaba rojo.
—Bueno… si les sirve de algo, al menos la convencí para que no expulsen a Trey, por ahora… pero aún quiere que te quiten del cargo…— decía cabizbajo Yuu. Esas no eran buenas noticias, pero al menos era un avance.