Lucian se sentó en el jardín de su nuevo hogar. Qué largo viaje para finalmente llegar a este lugar y dejar su gente y reino en manos seguras. Nunca pensó que extrañaría esa vida, pero lo hizo un poco. Tal vez porque se acostumbró a ella.
Estar ocupado todo el día y la noche, pasar tiempo con sus hombres e ir por la casa donde creció y donde creció su Cielo, donde creó muchos recuerdos hermosos junto con su familia, era algo que de hecho extrañaba. Y ya echaba de menos a su hija y nietos.
Estuvo planeando y ahorrando para su nueva vida después de dejar el castillo. Tenía que buscar casas para encontrar una que le gustara. Lucian había sido muy exigente, encontrando fallas en cada hogar que encontró. Tenía una visión específica de dónde quería vivir con su esposa en el futuro, y encontrar algo que combine con su visión era difícil.
Hasta que encontró su hogar actual.