"Pasaron dos días y Eva no vino a verlo a pesar de las dolorosas cosas que le había dicho. —¿Por qué esperaba que viniera? Quizás ella tenía razón. Siempre era ella quien venía y pedía disculpas cada vez que peleaban, y esperaba lo mismo incluso ahora. Pero Eva había cambiado. Ya no era la amiga de la infancia que conocía. No le importaría el cambio si no hubiera ocurrido tan repentinamente. Simplemente no confiaba en Zamiel.