¿Su abuelo?
La mente de Cielo se quedó en blanco, y luego se inundó de muchas preguntas. ¿Qué significaba esto? ¿Su padre tenía hermanos? ¿Y tenía tíos o tías que no conocía? ¿Su abuela sabía algo sobre esto o su padre?
¡No! Cielo se negó a creer esto. Su abuela estaría dolida si no lo supiera ya.
—Lo siento —Zamiel se disculpó al notar su confusión.
—No, no lo sientas. Me alegra que me lo hayas dicho.
Pero ella no estaba bien. Le pidió a Zamiel que la llevara de vuelta a casa. Cuando llegaron a su habitación, Zamiel la miró preocupado.
—¿Estarás bien? —preguntó él.
Cielo forzó una sonrisa y asintió. —Sí. Estoy bien.
Él le dijo que no pensara mucho y durmiera un poco. Luego se despidieron, y él se fue. Cielo fue a limpiarse y cambiar a su camisón y luego regresó a su cámara. Se sorprendió al ver a Zamiel parado junto a su cama. ¿Por qué había vuelto?
Entró más adentro con una mirada inquisitiva.