Intento abrir mis ojos, pero cada vez que lo intento un fuerte dolor aqueja mi cabeza.
Me encuentro tumbado en el suelo, trato de levantarme pero una voz muy pequeña me llego al oído.
—No te muevas si quieres vivir—
Lo primero que se me vino a la mente al escuchar esas palabras era que me habían secuestrado, pero el dueño de la voz parecía ser una niña pequeña, su tono tenía un rastro de miedo, así que pensé que ella se encontraba en la misma situación que yo.
—…quién eres? …—
El solo decir esas dos palabras le exigió mucho esfuerzo a mi cuerpo, mi garganta se sentía muy seca y la voz que salió era muy ronca para mi edad. Me quede esperando unos minutos en busca de una respuesta pero ella no hablo por bastante tiempo.
Usando los sentidos trate de verificar mi situación.
Aparte de la niña, se escuchaban diferentes gemidos doloridos a mi alrededor. Otro sonido notable era de varias goteras, de lo que parecía ser agua cayendo.
—No quiero más estar aquí!—
Un fuerte grito me saco de mis pensamientos, la voz de la persona parecía ser un hombre de mediana edad. Como un desencadenante, varias voces se alzaron y empezaron a quejarse de su situación.
—No levantes la voz y trata de no moverte por ningún motivo—
Volví a escuchar la voz de la niña, por algún motivo ella se apego a mi cuerpo lo máximo que pudo y nos cubrió con lo que parecía ser una manta.
Al entrar en contacto con su piel no te que su temperatura era muy baja, y cada tanto temblaba un poco. Al parecer ella tenia el cuerpo de una niña de secundaria, pero lo que me sorprendió fue que una cola bien suave salía de su cuerpo y me rodeaba.
—"Que en el mundo está pasando aquí"—
Mis pensamientos se pusieron turbulentos y traté de buscar una respuesta a esa situación, pero solo pude mantenerme callado.
Después de unos momentos una fuerte explosión se escucho en la lejanía, involuntariamente moví mi cuerpo y traté de ver que pasaba, pero la niña mantuvo mi cabeza debajo de la manta cubriendo con sus manos mi boca en un signo de silencio.
Los gritos de las personas de mediana edad cesaron al unisonó, y solo unos fuertes pasos hacían eco en el lugar.
—FRHE TA uK LeeE…—
Una voz estruendosa tomo lugar, pero no pude entender nada de lo que decía.
—KaHR oL Meee—
Después de esas palabras, los gritos tomaron a lugar, y se empezaron a escuchar pasos asustadizos tratando de escapar de lo que sea que hizo esa voz.
—Que fue lo que dijo?—
Con la voz mas pequeña que pude hacer le pregunté a la niña que era lo que decía la voz, pero ella no respondió con su voz.
Usando una de sus manos bajo la manta empezó a simular escribir sobre mi cuerpo.
"Celda izquierda, usarlos para la comida de los soldados"
Mi mente se congelo al entender lo que significaban esas palabras, no alcance a procesar la situación cuando un grupo entro al lugar y empezó a perseguir a las personas que gritaban.
Cada vez que desaparecía una voz, el sonido de lo que parecían ser unas mandíbulas triturando carne tomaba lugar.
La niña a mi lado no dejo de temblar en todo momento, solo fue hasta 20 minutos después que el grupo de seres que pareció devorar a las personas se fue que ella alzo la voz.
—Ya no regresaran hoy, tenemos suerte de vivir un día más—
La forma en que ella me hablaba parecía que me conocía muy bien, quería preguntarle que pasaba en este lugar y porque ella era tan amable, pero recordé el problema de mis ojos y le pregunte que había pasado.
—No recuerdas nada?—
Si le dijera que sí, mentiría, tengo recuerdos antes de despertarme. Mi madre me había puesto Jin, era un hombre de 25 años que había dejado mis estudios en la universidad para trabajar en una empresa local.
—Recuerdo mi nombre, que es Jin. Pero no tengo ningún recuerdo de donde estamos y es más, que le paso a mis ojos?—
Ella pareció quedarse en silencio, sintiendo el movimiento de sus manos pude notar que ella parecía buscar algo entre sus cosas.
—Así que no recuerdas quien soy…ahh—
Pareció suspirar al final, así que trate de preguntar de nuevo que pasaba, pero ella cerro mis labios con sus manos y explico la situación.
—Hace 10 días, desde ese momento perdiste la vista, todo fue por que me protegiste de esos violadores—
Al escuchar esas palabras, un fuerte dolor de cabeza volvió a aparecer y perdí el conocimiento.
Cuando volví a recuperar la conciencia pude recordar lo que paso en ese tiempo.
Hace más de diez días estaba regresando a mi departamento arrendado, en el camino salude a las personas y compre las cosas para la cena de ese día. Por alguna razón la mayoría de las personas tenían un rostro preocupado.
Quizás estén ocupados con sus problemas pensé, pero cuando llegué frente a mi departamento encontré a mi vecina tendida en el suelo junto a un charco de sangre.
Saque una prenda de mis cosas y la use para cubrir la herida que ella tenía en su vientre y pedí ayuda.
—Oh, acaso eres tu quien me llevara de este mundo?—
Ella dijo esas palabras entre sus delirios y trato de tocar mi rostro.
—Es mejor que no trate de hablar mucho, ya llegara la ambulancia—
Luego de unos minutos, unos enfermeros llegaron junto a los vecinos que me ayudaron a socorrer a la vecina.
Cuando se la llevaron, un policía se acerco a mi y me pregunto qué había pasado.
Luego de explicarle que paso y recibir una citación para testificar en la policía local me dejaron ir a mi departamento.
Aunque mi departamento era pequeño, tenia la forma adecuada para una persona soltera y además de las necesidades básicas para vivir. Dejando las cosas que compre en la mesa del salón note que me faltaba el bolso donde tenía mi ropa lavada.
—Debe haberse quedado afuera—
Saliendo del departamento, empecé a revisar el pasillo de extremo a extremo, pero no pude encontrar nada. Resignado, subí a mi departamento y saqué las bolsas para empezar a preparar la cena.
Al ordenar las cosas note que la puerta del baño se encontraba abierta.
—El viento debió abrirla—
Dije con una voz tranquila, pero me acerque a uno de mis armarios y tome una varilla de acero en mis manos.
Lentamente me acerque al baño y prendí la luz simulando que lo usaría. Al apartar la cortina de la ducha no encontré nada y pensé que era demasiado paranoico, pero cuando me gire para salir una sombra se movió ágilmente y trato de asestarme una cuchillada al pecho.
Bloqueando con la varilla pude desviar el ataque, pero esta cuchilla atravesó mi muslo derecho. Al sentir que mi carne era cortada empuje al agresor y lo aturdí con un golpe en la nuca.
—Duele como la mierda…—
Aprovechando que el agresor estaba tendido en el suelo, saque la cuchilla en mi pierna y trate de vendar la herida, pero empecé a sentir que mi visión se volvía borrosa, era probable que la cuchilla se encontrara envenenada.
Usando la energía que aun me quedaba, aplique una curación a la herida y tome el cuchillo alejándome del agresor desmallado.
Al llegar a la entrada, gire la perilla de la puerta para salir, pero un fuerte golpe aterrizo en mi espalda.
—Maldición!!!—
Girándome use el cuchillo en mis manos para defenderme, pero con la visión nublada y la perdida de fuerza morí bajo la mano de ese agresor.
Pensé que en ese momento todo había terminado, pero luego de sentir el frio acero que me quitaba la vida una brisa me despertó de mi corto sueño.
Al abrir los ojos pude ver a mi alrededor miles de personas que aparecían cada segundo, el cielo que cubría el lugar tenia un color rojizo oscuro pareciendo que se acercaba la noche.
Entre las miles de personas que aparecían, note que la minoría eran "humanos".
Cada segundo, aparecían personas con diferentes formas y razas, entre ellas algunas mantenían sus rasgos salvajes y atacaron a los que los rodeaban. Esta situación se repetía y había algunas personas que intentaban agredir sexualmente a los demás.
Al mirar mi cuerpo encontré que tenia la misma ropa antes de morir, incluida la herida en mi muslo derecho y el cuchillo.
Mirando bien el cuchillo en mi mano, encontré que este había cambiado, su tamaño se había ampliado al doble y emitía una sensación gélida al tacto.
Ante esta situación extraña, estaba buscando una forma de comprender donde me encontraba, pero no podía entender la mayoría de las palabras a mi alrededor.
—No…déjenme—
Un grito diminuto entre la multitud resonó en mis oídos.
Levantando el cuchillo en mis manos, me acerque a la multitud y empuje a las personas que bloqueaban mi camino.
En el centro de la multitud, dos seres humanoides apresaban a una niña de 15 años en el suelo rasgándole la ropa.
—Déjenla!!!—
Usando el cuchillo en mis manos, les grite a los dos humanoides. Ellos poseían rasgos felinos en su cuerpo junto a varias marcas tribales que cubrían su piel.
La chica al escuchar mi voz dirigió su mirada hacia mí y pidió ayuda, pero uno de los felinos la azoto contra el suelo y se levantó para atacarme.
Entre los dos felinos buscaron desgarrar mi piel, pero se mantuvieron precavidos al arma en mis manos. Luego de rodearme me atacaron a la vez, buscando atacarme de mi punto ciego, pero por alguna razón sus movimientos eran muy lentos.
Cuando uno de ellos estaba a punto de rasgar mi cuello con sus garras, extendí la cuchilla desviando su ataque y aproveché su impulso para arrojarlo sobre su compañero.
Esta vez no iba a bajar mi guardia y me acerque al dúo para noquearlos, pero un tercer felino se acerco a mi costado tratando de aturdirme.
Usando mi visión que parecía estar mejorada, evadí el golpe pero el felino libero una bomba de polvo en mi rostro que irrito mis ojos.
—Idiotas, solo pueden usar trucos para enfrentarme—
Sin soltar la cuchilla en mis manos, bloquee los ataques del felino con la poca visibilidad que tenía.
Las heridas en mi cuerpo se multiplicaban a cada segundo que pasaba, hasta que la sangre perdida era mas de lo que podía aguantar.
—Jet Har Al—
No entendí las palabras que decía, pero por la risa que pude vislumbrar en sus ojos parecía burlarse de mí.
Sin fuerza, el ataque del felino atravesaría mi piel y me quitaría la vida por segunda vez, pero en el ultimo momento una sombra se paro frente a mi y bloqueo el ataque.
—Eso es lo último que recordé esta noche—
Le explique lo sucedido a la niña frente a mí, aunque aun no podía ver su rostro.
—Ya veo, pero tienes que saber algo primero—
Ella me explico que un semiorco llamado Turek nos protegió a los dos después de la pelea.
Al escuchar sus palabras, quería preguntarle donde estaba el para agradecerle, pero ella me dijo que el había sido enviado a otra celda y perdió contacto con él hace dos días.
—Llevas diez días de curaciones, tus ojos ahora deberían estar mejor—
Luego de explicarme lo sucedido durante estos diez días, ella empezó a quitarme las vendas en mis ojos.
En este tiempo, todas las personas que llegaban a este mundo eran enviadas a un campo de concentración donde eran calificados según su calidad para luego convertirse en alimento de los habitantes de este reino.
Al terminar de quitarme la ultima venda, el dolor en mi cabeza pareció desaparecer.
—Antes de que uses tus ojos trata de acostumbrarte a la luz poco a poco, si no lo dañaras más—
Me tomo alrededor de 2 horas acostumbrarme a la luz de la celda.
Lo primero que pude notar al recuperar la vista fue que la herida en mi muslo había desaparecido por completo.
—Como desapareció la herida en mi pierna?—
—Eso?, solo use una magia curativa menor, es lo único que puedo usar por ahora—
Al escuchar la voz de la niña pude ver su rostro, aunque era muy joven, tenia una piel blanca bastante bronceada, el color de su pelo era un naranja rojizo y sus orejas y su cola tenían un naranja brilloso que resaltaba su belleza.
—Sabes, no debes mirar así a las niña las primeras veces—
Ella parecía un poco ofendida ante mi mirada, pero su cara sonriente al decir esas palabras revelo que solo se burlaba de mí.
—Mi nombre es Clea y el semiorco que nos ayudó se llama Turek, pero no sé dónde está—
Mirando a mi alrededor encontré una gran celda que nos rodeaba. Junto a nosotros hay mas de 100 personas que se acurrucan en sus lugares, misteriosamente nadie abusa de los demás ni hace mucho ruido.
—Es mejor mantener nuestro volumen bajo, si no "ellos" volverán a buscar "comida"—
En este lugar cada celda representa una fuente de alimento para los soldados de este reino, la vida de todos los que llegan a este lugar no es nada ante sus ojos.
Durante el día, las celdas desocupadas se llenan con más personas.
Pensando en el sonido de las goteras que escuche al recuperar la conciencia levante la vista, en el cielo de la celda, unas tuberías oxidadas transportaban un líquido, que parecía ser sangre de las personas en el lugar.
—Hay alguna manera de escapar de este lugar?—
La niña frente a mi pregunto inocentemente, pero de momento no sabia que responder al ver la situación en la que nos encontrábamos. Después de pensarlo un poco le di algunas palabras de aliento y pregunté por las cosas que teníamos.
—Es cierto, que paso con la cuchilla que llevaba—
Ella se alejo un poco de mi lado y desamarro unas mantas que cubrían sus piernas, ante el repentino acto de ella trate de detenerla pensando que se desnudaría, pero ella se rio y quito la manta revelando la cuchilla que llevaba.
Luego de que me la entregara, el sentimiento frio otra vez recorrió mis manos.
—Clea, cuando tomaste la cuchilla, notaste algo extraño? Como un sentimiento frio en tus brazos?—
—Nada, es solo un arma normal, no?—
Ya veo, parece que ella no puede notar nada extraño en la cuchilla.
Al ver que no teníamos muchas cosas, empecé a inspeccionar la cuchilla buscando encontrar algo que nos pueda ayudar.
—Que haces mirando esa cuchilla por horas—
Luego de sentarse a mi lado, Clea empezó a inspeccionar la cuchilla junto a mi y cada tanto practicaba su magia de curación en las personas heridas en la celda.
—Es cierto magia, Clea hay una magia de evaluación?—
—Claro, pero yo no sé cómo usarla—
Luego de sentirme feliz por nada, me volví a sentar pensando cómo podía verificar el estado del arma, aunque parecía que era algo tonto.
Al llegar la noche, por primera vez pude ver a nuestros captores.
En una sola palabra ellos eran "Reptiles", cada uno de ellos media mas de dos metros y medio y tenían diferentes formas, algunas incluso diferentes a todo lo parecido a un reptil común.
Entre ellos había una bola de carne de mas de 3 metros que parecía ser su líder.
El líder revisaba celda por celda, buscando seleccionar la comida del día.
Cuando se fueron del lugar, al menos 200 vidas dejaron de existir.
No tenemos mucho tiempo, ese pensamiento no dejaba de rondar por mi mente.
A la mañana siguiente Clea se acerco a mi junto a una anciana con cara de perro.
—Jin, ella puede enseñarte evaluación, pero tiene su flujo de mana bloqueado, por eso solo te puede enseñar la teoría—
Al mirar el rostro de la mujer mayor, no distaba mucho de la apariencia de un bulldog.
—Estoy en sus manos, por favor enséñeme—
Por alguna razón extraña, luego de dejar el portal donde nos teletransportaron pude entender el lenguaje de todas las razas que ingresaban a las celdas.
La mujer parecía que era una maestra en su mundo, en solo 4 horas pude aprender todo lo básico de la magia y lo más importante, usar evaluación.
Luego de despedirme de la mujer can, saque la cuchilla y trate de usar evaluación sobre ella, pero parecía que no era posible hoy.
Durante la enseñanza use la mayor parte de mi mana y no me quedaba nada para evaluar.
—Lo mejor es que descanses, ya mañana podrás usarla—
Siguiendo las palabras de Clea, me dispuse a dormir, pero el pensamiento de peligro volvió a molestarme durante el sueño.
El mana existe en todos los seres que habitan este lugar y se recupera con el tiempo al meditar o dormir profundamente.
En medio de la noche, una pesadilla corto mis sueños y mi piel estaba erizada exudando sudor en mi frente.
—Que paso, no puedes dormir—
Parece que mi exabrupto levanto a Clea y me acompaño para ver qué haría.
Aplicando todo lo aprendido en el día, concentre mi energía para usar la magia.
—Evaluación!—
Parece que aun no puedo usar magia sin canto, aunque no se si eso exista en este mundo,
Daga Karmica sellada
Veneno nivel 1
Maldición nivel 1
Daga sellada, infundida en el arrepentimiento de sus víctimas.
Liberar el sello provocara una gran explosión que liberara la energía de todas sus victimas consumiendo la vida de los que la rodean.
Luego de ver el estado de la daga se la mostré a Clea, la mirada de asombro no salió de nuestros rostros por un largo rato, pero un pensamiento cruzo mi mente.
—Si logramos quitar el sello justo en el centro de esos reptiles podremos liberarnos de ellos—
—Pero no sabes como quitar el sello, verdad?—
Ambos nos quedamos mirando un segundo, pero luego de discutirlo entre ambos fuimos a la anciana canina para preguntarle.
—No se como quitarle el sello, pero si ven a un miembro de la raza de los cuervos, el quizás pueda hacerlo. Su raza se especializa en los sellos—
Al regresar a donde nuestras pertenencias, junto a Clea empezamos a pensar en cómo quitar el sello.
A la mañana siguiente, el grupo de reptiles recorrió las celdas y se quedaron mirando por un largo rato nuestro lugar.
Cuando la masa reptiliana estaba por nombrarnos, una voz resonó en el otro extremo de las celdas.
—Es Turek—
Fue todo lo que dijo Clea, al mirar a la distancia pude ver la sombra que me salvo en ese momento de muerte. Su cuerpo se era imponente, pero marcadas heridas dibujaban su cuerpo.
La masa reptiliana se olvido de nuestra celda, y como una jauría hambrienta se estrello en la celda de Turek destruyendo la entrada.
Las cientos de personas junto a Turek se volvieron locas y empezaron a correr mientras gritaban, durante varios días habían visto como sus compañeros eran devorados y el miedo se plasmo en sus cerebros. El único que no bajo la cabeza fue el semiorco que llamo la atención de los reptiles.
Esa mañana, Turek había muerto junto a esos cientos de desafortunados.
Clea se mantuvo en silencio hasta el mediodía, en ese momento ella se me acerco junto a un pequeño pergamino desgastado.
—Un herido tenia esto entre sus pertenencias, pertenece a la raza de los cuervos—
Tomándolo entre mis manos, le agradecí a Clea y empecé a estudiar como quitar el sello a la daga.
La teoría era bastante fácil, creo que tenia algo que ver con que conocía bastante sobre la magia que enseñaban en las animaciones.
Al llegar la noche pude descifrar la mayoría de como liberar el sello, ahora solo quedaba en qué momento usar la daga para escapar.
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