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—Puedes verlo cuando él esté listo para verte —respondió después de un breve momento en el que pareció considerar seriamente mi solicitud.
Podía sentir su incomodidad de nuevo cuando mencioné a Antonio, pero no podía entender completamente la razón. Eso no me importaba en absoluto, siempre y cuando consiguiera lo que quería. Era tan difícil para mí creer que después de todo lo que había pasado, finalmente estaba concediendo mis deseos. A pesar de que su acuerdo a todas mis demandas parecía venir con condiciones propias, estaba más que feliz de que hubiéramos llegado a un acuerdo. Entonces me di cuenta de que Bradon podría no ser tan despiadado e irrazonable como había pensado originalmente. Por una vez en lo que parecía ser mucho tiempo, parecía haber un rayo de esperanza y un arcoíris en el cielo oscuro y nublado que llamaba mi vida actual.
—Gracias... —le agradecí con un pequeño murmullo.