*Marmie*
El timbre sonó justo cuando terminé de vestirme, y casi corrí hacia el intercomunicador como una niña pequeña. Katie había llamado antes para decirme que tenía buenas noticias, pero quería venir a hablar de ello.
No sabía si no quería discutirlo por teléfono porque tenía miedo de que pudiera grabarla, lo cual hice, porque tenía todas mis llamadas grabadas, o porque realmente quería compartir las buenas noticias en persona. Realmente no importaba.
Lo que importaba era que nuestro plan parecía estar perfectamente en curso.
La dejé pasar, y me saludó con dos besos en la puerta.
—¡Adivina qué! —dijo con una voz alta y molesta, casi como un chillido.
—¡Dímelo ya! —respondí, tratando de imitar su alegría.
—¡Está hecho! —exclamó, balanceando sus brazos arriba y abajo como en señal de victoria.
—¿Qué está hecho? Dame todos los detalles.