El punto de vista de Klay
Kelly disminuyó la velocidad en cuanto entró en la casa. Fruncí el ceño al mirar su rostro y cuando entré, apreté la mandíbula y levanté el brazo para dar una señal a los guardias.
—Envía a Kelly a su habitación —dijo él.
Kelly me miró con el ceño fruncido, pero yo solo la miré de reojo antes de caminar hacia Emily, quien estaba sentada cómodamente en el sofá. Sus ojos brillaban mientras se mordía el labio inferior al verme.
—Ho–
No la dejé terminar. Agarré su cuello y la levanté. La miré fijamente a los ojos mientras apretaba los dientes. —¿Qué haces aquí? —pregunté.
Ella tocó mi mandíbula de forma erótica e inclinó un poco la cabeza. —Solo... te extraño —murmuró.
Sin alternativa, la arrastré escaleras arriba y la empujé hacia la habitación de huéspedes. Se rió después de que cerré la puerta con llave y la empujé a la cama agresivamente.
—No me gusta repetirme, Emily. ¿Por qué estás aquí? —pregunté severamente.