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Karl tocó el primer cuerpo con la intención de voltearlo para comprobar si tenía algo decente. Pero en cuanto lo tocó, el cuerpo desapareció y un pequeño montón de monedas quedó en el suelo.
—¿Qué demonios fue eso? —susurró.
—Oh, es una de esas mazmorras. Va a ser espectacular. Toca cada monstruo que matemos e intenta no matar ninguno fuera de alcance. Nos dará botín sobre la marcha y podremos repartirlo como queramos. La recompensa podría ser dinero, objetos, ropa, casi cualquier cosa, incluso he oído que se convierten en comida. Así que no te pierdas ninguno, el objeto suele depender del poder del monstruo —les informó Corbin.
Dana silbó suavemente al seguir las instrucciones del Príncipe y sostuvo un anillo de coral azul.
Halcón gruñó descontento, y Karl estaba casi seguro de que era un incremento elemental de agua.
—¿Alguien sabe cómo identificar estos? —preguntó Dana.