Capítulo 27: Bienes y Paquetes

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Xu Feng caminó de un extremo del gran invernadero al otro, un tramo de mil pies. Mil pies de pura felicidad.

La estructura estaba hecha con un esqueleto de madera, y alrededor del 90 por ciento del invernadero estaba bajo tierra. La parte que sobresalía del suelo estaba cubierta con papel de ventana, con una capa de madera encima que se podía quitar como una cubierta de ventana de madera.

Estaba imitando las ventanas que eran comunes en Donghua. Esto les permitiría abrir las cubiertas de madera de las "ventanas" cuando no hubiera nieve, lluvia u otro clima adverso.

De esta manera, las plantas podrían recibir sol como un invernadero moderno en un espacio con control de temperatura incluso en los meses más fríos.

Xu Feng no sabía si este era el diseño de invernadero más eficiente, pero era lo mejor que se le había ocurrido, dadas los recursos de los antiguos y su poca experiencia. No había plástico ni vidrio para usar en el momento.

Para el interior del edificio, había un pequeño estanque para atrapar el calor durante el invierno y para mantener el invernadero fresco en verano. Xu Feng incluso encargó tres pequeñas estufas para los otros tres rincones del invernadero en caso de que el invierno fuera demasiado frío.

Este invernadero era su nuevo lugar feliz. Incluso la nueva bodega construida al lado del invernadero tendría mucho uso en el futuro.

Xu Feng una vez más caminó de un extremo a otro del invernadero mientras el sol se ponía fuera de la estructura. ¡No estaba nervioso por su boda mañana, solo estaba emocionado por este invernadero!

¡Todos los demás pensamientos eran indeseados en este espacio!

...

—El invernadero... concéntrate en el invernadero... —Solo había pasado un día, pero no tardaría mucho en plantar el invernadero con la ayuda de Erlang.

Tal vez incluso compraría algunos sirvientes antes de plantar y con su habilidad, no había manera de que no pudieran conseguir que las semillas brotaran incluso en pleno invierno.

No era lo suficientemente estúpido como para vender productos frescos en medio del invierno, pero podría vender platos preparados, y estos serían aún más caros y raros en invierno.

Si el clima estaba de su lado, podrían llegar a la ciudad para vender bienes.

...

—Bienes... —La cara de Xu Feng se enrojeció mientras se detenía. Desde su cuello hacia arriba, sus orejas se tiñeron de un rosa tenue que suavizaba su rostro aún más.

—¿Por qué la joven señora sigue caminando alrededor en esta extraña bodega de madera? —preguntó Si a San.

Acaba de hacer una suposición muy importante hace unos minutos, que la hizo sentir como si entendiera mejor a su joven señora. Pero ni un palo de incienso después, ya estaba confundida de nuevo por la mencionada joven señora.

—No sé —respondió San honestamente, igual de confundida que Si.

—¡Ahora su cara está roja! —Las dos chicas observaron a su extraño joven maestro comportarse aún más extraño. Viéndolo reírse solo como un loco, antes de que su nariz comenzara a sangrar.

Otra vez.

¡Su nariz siempre estaba sangrando!

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—¡Joven señora!

...

—Joven señora, con el chequeo final del médico, envié noticias a la señora en Yilin. Ya hemos repasado el curso de la boda. El joven maestro vendrá a recoger a su novia mañana de la residencia en la que se hospedó antes (Patio Brota). Luego te traerá de vuelta a tu nueva residencia —mientras decía esto, el Administrador Wu miró alrededor del gran salón de recepciones en el Patio Floreciente.

No se sabía si estaba disgustado por las decoraciones modernas o por el costo de renovar este patio. De cualquier manera, a Xu Feng no le importaba. Desde las renovaciones, esta sala de recepción era el único lugar que las dos mujeres sirvientas más antiguas y el Administrador Wu habían llegado a ver. Esta era su casa, y pronto, ni siquiera les sería permitido entrar a su finca.

—Después de eso, será una pequeña ceremonia con la familia entretenida en el salón principal de la mansión. Las sillas se organizarán por las puertas para entretener a los aldeanos de abajo con comida y bebida. Será un día de alegría.

Xu Feng asintió.

—¿Podrías recordarme por qué se sacrificaron todos los animales de la mansión Nanshan? —Xu Feng se enteró de esto por Erlang hace solo unos minutos cuando vino a agradecerle por su ropa nueva.

El rostro del Administrador Wu se tornó un poco desdeñoso antes de que una mirada de culpabilidad apareciera en su rostro. Finalmente, se decidió por la mirada desdeñosa hacia el aldeano ger. Las últimas palabras aterradoras de Xu Feng debieron haber sido su imaginación, este era un aldeano ger después de todo.

—Bueno, los fondos enviados por la casa principal se habían agotado en renovaciones y las adiciones que solicitaste, y necesitamos mantener la imagen de la familia Xuan y asegurar que haya suficiente carne para los asistentes.

—Mmm —asintió Xu Feng y miró hacia Si y San, quienes estaban de pie en la esquina—. Y como una nueva novia, ¿es mejor tener cosas nuevas como la renovación? ¿Es mejor no conservar el ganado viejo?

El Administrador Wu se aferró a este razonamiento de inmediato, asintiendo con la cabeza en acuerdo.

—La joven señora es muy sabia.

Su desdén por la joven señora nueva y aldeana fue momentáneamente olvidado en su prisa por encubrir los fondos que probablemente había malversado. La Señora Xuan seguramente no sabría cuánto dinero se necesitaba para preparar la boda y renovar la mansión. Por otro lado, el Administrador Wu siempre se molestaba cuando Xu Feng hacía demandas por la calidad de las renovaciones o agregaba una nueva estructura. Él ni siquiera se molestó en comprar carne para la boda, en lugar de eso, sacrificó el ganado que debería haber pertenecido a Xu Feng sin consultarlo.

—Debería agradecerte por tu arduo trabajo, Mayordomo Xu, aunque ya no estarás a cargo de esta finca en dos días, has trabajado mucho —ah, el Administrador Wu comenzó a sudar en la fría brisa de enero—. Gracias, joven señora.

Xu Feng sonrió levemente mientras el Administrador Wu se excusaba. En lugar de lidiar con la política de patio poco profunda y mezquina con un administrador, Xu Feng prefería pensar en cierto par de bienes o un paquete que recibiría mañana.

¿Estaba nervioso? Un poco.

¿Lo anticipaba? ¡Sí!

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