—Feng Zhu, ¿por qué estás aquí? —preguntó Sir Axe con tono gélido.
—¿Por qué? Obviamente, he venido para ayudarte —Feng Zhu se burló.
—Hum, no necesito tu ayuda. Mejor te vas de inmediato —resopló Sir Axe.
—Je je. No depende de ti —se rió Feng Zhu. Hizo un gesto a su escuadra—. ¡Actúen!
Feng Zhu y su gente se abalanzaron sobre la escuadra del Marqués Cangyue.
—¡Maldición!
Jian Wushuang y sus compañeros de equipo estaban molestos por el giro de los acontecimientos.
Feng Zhu afirmaba que había venido a ayudar, pero su verdadera intención era conseguir los logros de batalla que estarían disponibles una vez que la escuadra del Marqués Cangyue fuera vencida.
—¿Quieres arrebatar nuestros logros de batalla? —Los ojos de Jian Wushuang eran fríos. Su agresividad y furia eran palpables.
Su intención de matar se materializó en un inmenso río de color sangre.
¡Era el Camino al Inframundo!
Río de Sangre se revolcó y cubrió toda la zona.
—¡Dios!