—¿A qué debo el honor de este llamado nocturno de Su Majestad? —El joven sentado detrás de su escritorio en el Pabellón Tianlu levantó la cabeza.
—Sabes por qué este soberano te ha llamado aquí esta noche —no era una pregunta y Liu Suzhi lo sabía bien. Se suponía que podía considerarse un eunuco leal que había servido por dos generaciones en el palacio interior y por razones bastante personales, tenía un mejor entendimiento del temperamento de los emperadores que la mayoría.
Emperador. El símbolo definitivo de poder, prestigio y lujo en los ojos de los ignorantes que anhelaban estar cerca de ellos, como esposas, concubinas, oficiales de confianza y confidentes, creyendo que la santidad del supuesto 'espíritu del dragón' también se les contagiaría.