La lluvia era un espectáculo raro en el norte durante la primavera, pero hoy el cielo estaba cubierto de nubes grises que colgaban bajas sobre la capital como un presagio. Las primeras gotas de lluvia salpicaron la mejilla de Wu Zhong y él metió con prisa la caliente palangana bajo su brazo y se apresuró a entrar en las estancias principales de la residencia de la señora.