—Se apresuró a firmar de mala gana poniendo el bolígrafo sobre el papel impreso y firmado, irritada —¿acaso pensaban que no iba a renunciar? Era conocida por ser una maestra inteligente y astuta cuyos estudiantes obtenían excelentes resultados.
—Era su pérdida que renunciara —¡varias escuelas la querrían en el momento que decidiera dejarlo! Una expresión de autosuficiencia se dibujaba en su rostro y Su Wei Wei podía verla.
—El Director Wen llegó con otros libros y los colocó encima de otros que había puesto en el escritorio, se acomodó en su silla de oficina, levantó la hoja de papel y examinó con detalle el papel impreso que sostenía con sus dedos entrecerrando los ojos.
—Lo dejó de nuevo sobre el escritorio y cogió su sello oficial, lo estampó en la firma oficial y firmó allí en letras cursivas que eran exquisitas y audaces antes de tirarlo en uno de los cajones de su escritorio.