Pasaron así unos cuantos minutos, el chico tenía mucho que sacarse del pecho.
"¿Mejor?" – preguntó al mismo tiempo que Harry dejaba de sollozar.
"Si... gracias, realmente lo necesitaba" – respondió al mismo tiempo que dejaba escapar un suspiro tranquilidad. – "es un gusto conocerte finalmente, Chester" – mencionó al mismo tiempo que lo volteaba a ver permitiendo observar su rostro.
La clásica cicatriz en forma de rayo que le caracterizaba se encontraba casi difuminada con su piel en vez de estar muy remarcada y enrojecida como lo estaba años atrás antes de que lo contactara y se ocultaba tras su mata rebelde de cabellos castaños oscuros. Su rostro delgado, aunque no por la desnutrición, sino por su propio régimen de entrenamiento dejaban ver sus facciones aristocráticas que combinado con sus ojos color esmeralda le daban la sensación de ser alguien destinado a ser una estrella de cine o actor.
"EL gusto es totalmente mío, Niño-que-vivió" – menciono con burla aligerando el ambiente, hace unas semanas le había comentado sobre los libros que existían sobre sus 'aventuras' claro el contenido era absurdo. Harry en su vergüenza había armado un plan completo solo para deshacerse del autor que creo dichos... cuentos infantiles.
"¡Cállate!" – exclamo con vergüenza, no solo estaba el hecho de los libros, el saber que toda una comunidad lo conocía haciendo famoso por algo que no había hecho y por un momento de su vida realmente trágico, era molesto y sobre todo frustrante, sin embargo, gracias a Chester, aprendió a apreciar el poder político e influencia que con ello vendría. – "Al menos yo no parezco un anciano"
"¡No soy un anciano, solo estoy albino!" – claramente no esperando ese regreso, exclamó dejando salir un poco de su propia inseguridad.
La verdad era que su apariencia era muy diferente a la de su vida pasada, su piel era clara pero no llegando a lo pálido, su cabello era de una tonalidad gris casi blanca y sus ojos tenían un color ámbar.
Sin embargo, su apariencia era claramente singular, incluso su padre no tenía el cabello tan descolorado.
"*suspiro* bien, veo que estás mejor si puedes hacerte el gracioso" – dijo con una mueca falsa de molestia antas de soltar una carcajada seguido por Harry.
Su amistad había florecido desde que Chester lo había contactado cinco años antes para enseñarle, poco a poco, sobre su verdadera identidad y poder.
Nunca le faltaron ganas de sacarlo de los Dursley, pero sería muy complicado, no solo por las medidas de seguridad y rastreo impuesto por Dumbledore en la casa, sino por cómo cambiaría la personalidad de Harry.
No es que ser un inadaptado social y con mínima autoestimas sea a lo que se refería ya que eso se puede arreglar, sino su forma de pensar.
Tenía que ayudarlo a mantener cierta esencia de su personalidad 'canónica' tanto para evitar que la historia cambie tanto como para ahorrarse dolores de cabeza si llegase a tener a un Harry Potter que podría volverse malvado.
El cómo llego a esa conclusión es fácil.
Por un lado, está bien sabido que Harry y Tom tuvieron inicios similares (la tontería acerca de que tom no podía sentir amor por parte de Dumbledore y que eso salvaría el día estaba completamente equivocado.) donde tom fue producto de una violación haciendo uso de pociones de amor por parte de la mujer gaunt, abandonado en un orfanato de mala muerte donde fue maltratado por algunas de las cuidadoras e intimidado por algunos de sus compañeros huérfanos y durante una época difícil donde menos de una década antes había terminado la segunda guerra mundial y en el mundo mágico Dumbledore continuaba aumentado su influencia política.
Por otro lado, Harry nacido en una familia que de verdad lo amaba, pero los perdió y por culpa de planes de alguien, termino abandonado en un hogar abusivo e inhumano, donde era tratado peor que un elfo domestico ya que era obligado a hacer la mayoría de las tareas domésticas desde el momento en que pudo caminar.
Lo que los diferencia a ambos, es que Voldemort siguió el camino del poder y la destrucción, él solo quería ver el mundo arder bajo su reinado. Nunca peleo por una causa (sin importar sus inclinaciones morales) y solo lo hizo como una manera destruir aquello que no le gustaba en vez de tratar de cambiarlo por algo de su gusto.
En cambio, Harry solo quería vivir una vida tranquila, sin embargo, sus propios fantasmas de un pasado que no era suyo le atormentaba, varias veces su vida fue puesta en peligro antes de siquiera entrar en Hogwarts, era un inadaptado social porque nadie le enseño a ser social y su primer amigo solo fue alguien que se acercó a él por su fama (no tiene lógica que Margaret 'Molly' Weasley hablara lo suficientemente alto para romper el estatuto del secreto sobre donde se encontraba el andén 9 ¾ y como había mucho tráfico de muggle´s en el lugar).
Fue manipulado para pasar pruebas que no tenía que pasar y situaciones en las que no quería involucrarse, pero aun así lo hacía por como decía Hermione Granger 'su cosa de salvar gente'.
Eso último, es lo que evitaba cambiarlo de sitio, lo compenso y mucho, no podía sacarlo de su prisión, pero podía hacerla más cómoda.
Le dio conocimiento, sobre sus propios antecedentes (la verdad sobre la muerte de sus padres, su verdadera identidad, pero sobre todo, su lugar en el mundo como ultimo heredero primario de la línea sanguínea Potter), sobre la magia (su propio método del desarrollo de la magia sin varita, varios hechizos de bajo grado y un diccionario rúnico) y desarrollo personal (lectura necesaria para su desarrollo como político y noble de una comunidad atrasada, como invertir su dinero, y sobre todo, como ser una verdadera persona).
Aun así, todavía se sentía un poco culpable por dejarlo en ese lugar, por lo que ya tenía una manera real de compensarlo, pero eso es para después.
"¿Ya te aprendiste el plan?" – cambiando a un tema mas serio, dejo de reír y pregunto con ligera curiosidad.
"Si. Aunque ¿es necesario que me vuelva amigo de ese chico weasley?" – respondió, aunque pregunto con duda.
"No exactamente, pero si puedes llevarte relativamente bien con el cuándo tengas puesto la máscara evitara sospechas que hagan que nuestros planes se vayan por el caño" – respondió mientras pensaba ligeramente antes hacer ese zumbido que todos hacen cuando piensan en una buena idea – "aunque, por otro lado, podría enseñarte un par de hechizos para que no te moleste cuando sea necesario"
"Eso estaría bien, de esa manera también podría hacer otras cosas" – el asintió ante sus palabras.
Tras eso, paso una hora enseñándole los hechizos de compulsión y confusión para usarlo cuando lo necesitara. Y todo sin varita.
La verdad se sentía ligeramente envidioso del joven Potter, su talento para la magia estaba a otro nivel, ni siquiera le tomo media hora para aprender los hechizos y ni siquiera estaba cansado lo que hablaba de sus grandes reservas.
Se despidió del chico que todavía se quedaría un rato en el parque practicando los hechizos, y con ayuda de tommy se apareció frente a su casa.
Entro y se dirigió a su cuarto no sin antes darse un merecido baño, se había quitado el sudor con un hechizo limpiador antes de desayunar, pero siempre le gustaba tomarse un relajante baño caliente tras terminar sus ejercicios.
Al salir, ropa formal y adecuada para las visitas que llegarían se encontraba en su cama, al parecer los elfos habían recibido órdenes por parte de su madre para evitar que el se vistiera como quisiera (que regularmente eran playera y bermudas).
Tardo menos de diez minutos, ya completamente vestido bajo hacia la habitación de bienvenida para los invitados, observo el reloj viejo a un lado de la chimenea, este marcaba las 9:45 a.m., quince minutos antes de que llegaran las visitas.
No mucho después de su llegada a la habitación, su madre vestida con un hermoso vestido de una sola pieza de color verde claro, con un escote no muy pronunciada pero el propio vestido ayudaba a resaltar el busto, no tenía mangas aun así cubrió sus brazos desde los dedos hasta el codo con un guante largo de seda.
Junto a ella, casi siendo arrastrado, su hermano menor vestido con un pequeño smoking, William C. White.
Si había alguien a quien considerara más inteligente que él, sería su hermano menor.
Él era alguien que había reencarnado tras terminar sus estudios universitarios y a principio de la maestría, por lo que ya tenía una buena base de estudio cuando comenzó a internarse en la biblioteca y estudiar por cuenta propia.
Su hermano en cambio, nació con una mente privilegiada.
Tal era su inteligencia, que apenas teniendo 7 años ya había superado a cualquier persona de bachillerato, tal vez incluso los primeros grados de universidad sin necesidad de tener una base que le ayudara.
Sin embargo, como la mayoría de genios, tienen mayores defectos, por lo tanto, es perezoso con p mayúscula… tacha eso, toda la palabra en mayúscula. Y otra cosa es que se le dificultaban las cosas practicas a excepción de matemáticas.
Es talentoso pero la mayoría de las veces le da pereza hacer las cosas, eso sí, gracias a la 'mano dura' de nuestros padres, se vio obligado a aprender diversas cosas de política, etiqueta e idiomas.
Además, muy a diferencia de él, decidió dejar sus estudios para su época en Hogwarts porque según él: "seria deshonroso de mi parte estar más preparado que aquellos que apenas se han enterado del lado mágico del mundo", esa es su excusa para dicha situación cuando cualquiera de nuestros padres le plantea la idea de estudiar, aunque sea un poco sobre cualquier cosa (aparte de lo ya mencionado con anterioridad, claro)
"Buenos días, hermano" – William lo saludo tranquilamente.
"*suspiro* Buenos días, casi tardes" – respondió con ligero humor seco en un tono tranquilo.
"Si, bueno. Me disculpo no ser igual de maniaco que tu para despertarme a mitad de la madrugada para ponerse a estudiar" – respondió con ligero sarcasmo.
"Tienes razón, no es tu culpa" – respondió el con seriedad – "Nadie es como yo" – termino con una nota arrogante en su respuesta acompañándola con una sonrisa ligeramente engreída.
"*Bufido* ya quisieras" – tras soltar un bufido, solo murmuro con diversión
"Chicos, dejen de tener conversaciones secretas y guarden silencio, los invitados están por llegar" – su madre
La conversación secreta: Me disculpo, mitad de la madrugada, estudiar, razón, es.
se leería: Me disculpo (pide ayuda), a la mitad de la madruga (misión), estudiar (vigilancia), razones [ambas palabras (razón y es se leen juntas)] (¿Por qué lo haría? O mejor dicho ¿A cambio de qué?)
Las flamas amarillas de los leños al arder, se encendieron con fuerza y se tornaron de un color verde esmeralda.
De las llamas salió un hombre alto como el ingles promedio y vestido como todo un burocrático a finales del siglo XIX, túnica café sobre un chaleco azul oscuro y pantalones negros y zapatos bien lustrados.
Cabello color chocolate oscuro y ojos avellana, piel clara y porte de caballero. En el dedo anular de su mano derecha portaba un anillo con una piedra ónix y una 'P' grabada en color dorado en el centro.
"Bienvenido, Lord Parkinson." – Eleine, dio un paso al frente a un lado de ello y lo saludo una suave inclinación de su cuello. El cual fue respondido con una reverencia mucho más cortés por parte del hombre.
"Muy buenas noches, Lady White. El resto pasara en un momento" – tras decir eso, la chimenea que había vuelto a su estado normal, volvió a encenderse en verde y de él salieron dos figuras más, esta vez dos féminas.
La mayor de las mujeres que acababan de llegar, una mujer aparentando estar en sus veinte y con un vestido azul sin escote y de manga larga. Cabello castaño rojizo recogido en un moño, ojos gris oscuro y piel bronceada.
En su dedo anular de su mano izquierda se halla un anillo similar al de lord Parkinson.
A un lado de la mayor, estaba la más joven, de once años y medio, cabello castaño oscuro con un ligero toque rojizo, piel bronceada en un tono ligeramente más oscuro que la otra mujer, ojos color avellana ligeramente brillante. Un vestido blanco de una pieza contrastaba con su piel y en sus hombros una pequeña capa que cubría sus brazos hasta sus codos. En su vestido, en el lado derecho se encontraba el escudo de la casa de Parkinson.
"Es bueno volver a vernos, Anabella" – en esta ocasión Eleine se acercó a la mujer de cabellos castaños rojizos y le dio un abrazo suave que fue correspondido.
"El gusto es mío, Eli." – ella saludo de regreso apretando un poco el abrazo, ambas eran buenas amigas desde Hogwarts.
"Un placer volverlos a ver, Lord y Lady Parkinson, por favor, síganme les llevare a la sala de reuniones" – cuando los saludos cesaron y la única que no había hablado fue la menor, Chester se acerco y les hablo con lenguaje formal para señalarles en donde se encontrarían.
"Igualmente encantado de volver a verte, Chester, verdad ¿hija?" – Lord Parkinson respondió y le pregunto a su hija, la joven que llego con Anabella.
"Si, ciertamente no nos veíamos desde esa fiesta en Alemania hace dos meses" – ella respondió con una sonrisa ligeramente grande, pero había algo de nerviosismo e incomodidad en su mirada
"¿Te encuentras bien, Pansy?" – un poco preocupado, se acerco para verla mas de cerca.
"Si, es solo… ¿Sabes de que se trata esta reunión?"
"No. Apenas se me informo sobre la existencia de esta reunión hoy en la mañana"