El final de mes se acercaba rápidamente, y mientras Robert intentaba mantener su plan en marcha, algo inesperado estaba ocurriendo en el mundo del juego. **Horrible Threads**, ese proyecto que nunca debió haber sido un éxito, seguía acumulando ventas de manera inexplicable. Aunque Robert no lo sabía todavía, la influencia de una figura inesperada estaba a punto de cambiar las reglas del juego.
Todo comenzó con **Alejandro Favreau**, uno de los diseñadores más influyentes del mundo de la moda. Alejandro había estado buscando nuevas ideas para su próxima colección, pero ninguna parecía capturar la esencia de la era moderna. Mientras reflexionaba sobre su creatividad estancada, entró en la sala de estar de su casa y encontró a su hijo jugando a un videojuego que le llamó la atención por su... ¿absurdo?
"¿Qué estás jugando?" preguntó Alejandro con el ceño fruncido.
"Es un juego de moda, papá. Se llama **Horrible Threads**. Puedo diseñar ropa, venderla en mi tienda, y ver si a la IA le gusta", respondió el niño, entusiasmado. "Mira, acabo de hacer este traje, y lo voy a poner a la venta."
Alejandro, escéptico, observó cómo el niño movía su personaje por la tienda virtual, mostrando sus diseños a los personajes controlados por la inteligencia artificial del juego. Uno de los avatares entró, revisó los trajes, se probó uno de los diseños del niño, y después de un par de segundos, decidió comprarlo.
"¿Qué... qué es esto?", murmuró Alejandro. No podía entender cómo algo tan sencillo, casi absurdo, podía ser tan adictivo. La forma en que la IA se probaba la ropa y la compraba como si fuera un cliente real era extrañamente fascinante. Esa misma noche, Alejandro descargó el juego, intrigado por la posibilidad de experimentar con nuevas combinaciones de ropa que en la vida real serían imposibles o ridículas.
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Una semana después, Alejandro estaba sentado en una reunión con algunos de los diseñadores más prestigiosos del mundo, hablando de su nuevo "descubrimiento" en el mundo de los videojuegos.
"Debéis probar este juego", les dijo con una sonrisa amplia. "Es un laboratorio digital. Puedes diseñar cualquier cosa y ver cómo reaccionan los compradores virtuales. Es increíblemente adictivo, y sorprendentemente... inspirador."
Los diseñadores, al principio incrédulos, descargaron el juego por pura curiosidad. Lo que comenzó como un simple experimento pronto se convirtió en un fenómeno. Los diseñadores usaban **Horrible Threads** para probar ideas, experimentar con colores imposibles y cortes futuristas. Y lo mejor de todo, compartían sus creaciones en redes sociales, lo que llevó a que otros jugadores, tanto aficionados a la moda como diseñadores emergentes, comenzaran a unirse a la comunidad.
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Mientras tanto, en la oficina de **Glitch Games Inc.**, **Carlos** notaba un aumento masivo en las ventas del juego. Revisaba las estadísticas y se dio cuenta de que **Horrible Threads** estaba experimentando un éxito sin precedentes. La comunidad de moda lo había adoptado como una plataforma creativa, y las ventas seguían creciendo sin parar. **Decenas de miles de jugadores** entraban al juego todos los días, y los ingresos se disparaban.
Sin embargo, Carlos decidió no contárselo a Robert de inmediato. Sabía que su jefe siempre estaba absorto en otros planes y pensó que sería divertido sorprenderlo más adelante con las noticias. Para Carlos, ver el éxito inesperado del juego era algo que debía celebrarse en el momento adecuado.
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El equipo de **Glitch Games Inc.** seguía trabajando en el nuevo proyecto de estrategia, pero nadie sospechaba lo que estaba ocurriendo con el juego anterior. Para ellos, el éxito de **Horrible Threads** era algo que había quedado en el pasado, hasta que los números comenzaron a hablar por sí solos.
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Mientras tanto, Robert seguía concentrado en su meta: gastar lo máximo posible y mantener el saldo bajo control. Con la cena de fin de mes acercándose y los **bonos** ya preparados, estaba convencido de que finalmente lograría reducir las ganancias de la empresa. Lo que no sabía era que, fuera de su control, su juego anterior estaba creciendo de forma imparable. El éxito inesperado de **Horrible Threads** estaba a punto de alcanzarlo, y el sistema, siempre vigilante, ya se preparaba para calcular el impacto que esto tendría en su plan.