Capítulo 42: Buscar
Ian entró en la tienda del sistema con un objetivo claro: encontrar las herramientas necesarias para establecer una base sólida para su sistema, sin la necesidad de una fuente de energía adicional. Sabía que el cristal en el que se había almacenado toda la información era uno de los cristales de energía más poderosos del universo ya que solo en algo asi se podia guardar informacion tan importante y verifico con el sistema quien se lo confirmo. Esa ventaja le permitiría evitar preocuparse por la energía a corto plazo, ya que el cristal era autosuficiente. Todo lo que tenía que hacer era modificarlo para adaptarlo al tipo de sistema que quería implementar.
Después de buscar un rato entre los productos de la tienda, se encontró con una opción intrigante: Nagios, un sistema de monitoreo. Sin embargo, lo que realmente captó su atención fue un sistema parásito multiplicador. Este sistema tenía la capacidad de adherirse a una fuente de energía, multiplicarse y luego liberar sub-sistemas a su alrededor, todo controlado desde una base principal. Con esta estructura, el sistema podría expandirse y operar de manera eficiente utilizando cualquier energía disponible.
Ian sabía que este era el sistema que necesitaba para su plan. Sin embargo, había un problema. El precio era extremadamente alto: 50 millones de puntos energéticos, una cantidad que no tenía en ese momento. No obstante, Ian ya tenía un plan para obtener los puntos necesarios. Sabía que tendría que regresar al infierno lo antes posible y comenzar a recolectar puntos energéticos de manera urgente.
Luego, continuó explorando la tienda en busca de otra herramienta vital para sus futuros movimientos: una forma de abrir y cerrar las puertas del infierno a voluntad, en cualquier lugar que deseara. Tras unos segundos de búsqueda, encontró la opción perfecta, pero una vez más, el precio era considerable: 15 millones de puntos energéticos.
Ian ya tenía claras las metas que debía alcanzar. Sabía cuántos puntos energéticos necesitaba recolectar para adquirir estas herramientas, y cómo el futuro de su habilidad de esclavizar almas dependería de ello. No estaba preocupado por el costo, ya que una vez que los humanos de la Tierra comenzaran a generarle ingresos a través del sistema de comercio que planeaba, sería solo cuestión de tiempo antes de obtener todo lo que necesitaba para consolidar su poder.
Finalmente, Ian se enfocó en buscar una de las piezas más importantes de su plan: la tecnología para crear cuerpos humanos sin alma. Esto era crucial, ya que le permitiría integrar las almas esclavas humanas que capturaba en nuevos cuerpos. Sabía que con esta tecnología, podría no solo esclavizar almas, sino también darles una segunda vida, controlándolas a su antojo y usándolas como parte de su ejército personal.
Sabía que este paso era esencial para el futuro de su habilidad de Esclavo de Alma. El sistema le permitiría revivir a aquellos que cayeran en batalla, utilizarlos como soldados o guardianes, y expandir su poder sin preocuparse por perder valiosos recursos humanos. Los cuerpos creados serían físicos, tangibles, pero sin conciencia propia, lo que los convertiría en recipientes perfectos para las almas esclavas.
Ian navegó en el catálogo del sistema, buscando opciones que pudieran cumplir con estos requisitos. Tras un largo rato de búsqueda, finalmente encontró la tecnología adecuada. Biofabricación Avanzada, un sistema que le permitiría construir cuerpos humanos completamente funcionales sin necesidad de que estos tuvieran alma o conciencia propia. Los cuerpos estarían listos para recibir cualquier alma esclava que Ian deseara integrar, permitiéndole recrear guerreros de élite o seguidores leales.
El precio, como esperaba, no era barato. 100 millones de puntos energéticos era el costo de esta tecnología avanzada. Sabía que este era uno de los elementos clave para que su plan de dominar la Tierra y otros mundos funcionara a largo plazo, pero estaba lejos de poder adquirirla ahora.
Aun así, Ian no se desanimó. Sabía que con tiempo, esfuerzo y su incursión en el infierno, lograría obtener todos los puntos necesarios. Una vez que la Tierra comenzara a producir recursos y energía bajo su sistema de control, los puntos energéticos llegarían de forma constante. Además, los cuerpos que creara con esta tecnología no solo servirían para las almas esclavas, sino que podrían convertirse en una fuerza inquebrantable que lo llevaría a consolidar su dominio sobre varios mundos.
Después de tomar nota de todo lo que necesitaba, Ian decidió centrarse en una de las áreas clave para su crecimiento y control en la Tierra: la creación de pociones. Sabía que, para garantizar su dominio y generar ingresos de manera continua, las pociones serían una de las herramientas más valiosas. Por ello, necesitaba equipar a Tarek, su alquimista de confianza, con todas las herramientas necesarias para fabricar pociones poderosas y únicas.
Ian se adentró nuevamente en el sistema, buscando cada instrumento y material que Tarek necesitaría para llevar a cabo su trabajo con precisión. La lista era extensa, pero no le preocupaba; sabía que la inversión inicial sería considerable, pero los beneficios a largo plazo valdrían cada punto energético gastado. Desde hornos de alta precisión hasta ingredientes raros que solo podían encontrarse en los rincones más peligrosos del infierno, Ian adquirió todo lo necesario para garantizar que Tarek tuviera el laboratorio de alquimia más avanzado que la Tierra hubiera visto.
Al final, la suma ascendió a 500 mil puntos energéticos. Un gasto importante, especialmente considerando que Ian solo tenía 800 mil puntos disponibles en ese momento. Pero estaba preparado para este sacrificio. Sabía que las pociones no solo fortalecerían su posición, sino que también se convertirían en una fuente de ingresos constante cuando las vendiera a aquellos que buscaban mejorar sus habilidades, curarse más rápido o potenciar sus fuerzas.
Con todo ya comprado y listo, Ian solo necesitaba una cosa más: paciencia. Las primeras pociones tardarían en llegar, pero una vez que Tarek comenzara a producir, Ian sabía que los resultados serían asombrosos. También le darían la ventaja que necesitaba para enfrentarse a los desafíos futuros.
Mientras tanto, Ian se enfocó en sus propios planes, consciente de que el futuro estaba lleno de oportunidades y que cada paso lo acercaba más a su objetivo de convertirse en una de las fuerzas más poderosas del universo. Las pociones serían solo el comienzo de lo que vendría
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