Tras completar la mazmorra y haber sobrevivido a la intensa batalla contra el caballero esqueleto, Ian emergió al exterior, exhausto pero con una determinación renovada. Aún quedaba un objetivo antes de poder enfocarse en su siguiente paso: debía cazar algunas criaturas para recolectar los núcleos energéticos que necesitaba para comenzar su primer intento de cultivo.
El terreno al que salió era vasto y desolado, lleno de colinas rocosas y cañones. No pasó mucho tiempo antes de que Ian se encontrara con su primera presa: un grupo de lagartos de roca, criaturas de escamas duras que se camuflaban perfectamente con el terreno. Aunque nunca había visto criaturas como estas antes, Ian intuía que no debían ser subestimadas.
Los lagartos de roca eran rápidos y letales, con afiladas garras que podían cortar la piel como el vidrio. Ian se preparó, sosteniendo su espada recién adquirida con firmeza. Cuando uno de los lagartos saltó hacia él, reaccionó instintivamente, girando su cuerpo y cortando en un movimiento fluido. La espada impactó con un crujido, pero no fue suficiente para matar al lagarto en el primer golpe. El resto del grupo se lanzó hacia Ian al unísono.
La lucha que siguió fue intensa. Ian se movía con agilidad, utilizando el terreno a su favor para esquivar y contraatacar. Cada lagarto que caía dejaba un pequeño núcleo energético, que Ian recogía rápidamente. Después de varios minutos de combate, había derrotado al grupo completo, pero no sin recibir algunas heridas superficiales.
Con los núcleos energéticos en la mano, Ian se dio cuenta de que este era solo el principio. Necesitaba más, y lo sabía. Siguió avanzando, adentrándose más en el territorio de las bestias, enfrentándose a criaturas cada vez más feroces. Cada batalla era una prueba de su habilidad y resistencia, y cada núcleo que conseguía lo acercaba más a su objetivo.
Después de varias horas de caza, Ian se detuvo para evaluar su botín. Había conseguido suficientes núcleos energéticos para intentar su primer cultivo. Aunque el cansancio pesaba sobre él, una mezcla de emoción y ansiedad se apoderó de su mente.
Decidió encontrar un lugar seguro para comenzar el proceso, sabiendo que necesitaba estar en un entorno controlado para evitar cualquier interferencia externa. Finalmente, se asentó en una pequeña cueva, donde el aire era fresco y el ambiente tranquilo.
Ian se sentó con las piernas cruzadas, con los núcleos energéticos dispuestos frente a él. Respiró hondo, cerró los ojos y comenzó a canalizar su energía hacia los núcleos, intentando absorber el poder contenido en ellos. Sin embargo, antes de poder concentrarse completamente, un rugido resonó en la cueva.
Ian abrió los ojos rápidamente y vio una figura imponente en la entrada de la cueva. Se trataba de un monstruo que nunca había visto antes: un oso de piedra con ojos brillantes y una mandíbula llena de dientes afilados como cuchillas. Su pelaje estaba hecho de una mezcla de roca y tierra, y cada paso que daba hacía temblar el suelo bajo él.
El monstruo cargó hacia Ian, su boca abierta lista para devorarlo. Ian apenas tuvo tiempo de reaccionar; se lanzó a un lado justo cuando la criatura se abalanzaba, y la cueva se llenó del sonido de roca rompiéndose al chocar contra el suelo.
Sin darle tiempo al oso de recuperarse, Ian blandió su espada y golpeó una de las patas traseras del monstruo, esperando ralentizarlo. Sin embargo, la espada apenas hizo mella en la dura piel de piedra de la bestia. El oso rugió en respuesta y lanzó un golpe con su garra, obligando a Ian a retroceder para evitar ser aplastado.
La batalla continuó, con Ian utilizando toda su agilidad para esquivar los ataques del monstruo mientras buscaba un punto débil. A pesar de sus esfuerzos, el monstruo parecía ser imparable. Cada golpe que Ian lanzaba apenas dañaba al oso, y sus fuerzas comenzaban a flaquear.
Finalmente, después de un duro enfrentamiento, Ian notó un pequeño brillo en el pecho del monstruo: un núcleo energético que parecía ser el corazón de la bestia. Con una última ráfaga de energía, Ian se lanzó hacia adelante, esquivando las garras del oso y clavando su espada directamente en el núcleo.
El monstruo rugió de dolor, y su cuerpo comenzó a desmoronarse en pedazos de roca y polvo. Ian cayó al suelo, exhausto y herido, pero con la satisfacción de haber vencido a una criatura formidable. Recogió el núcleo del monstruo, más grande y brillante que los demás que había obtenido, y supo que este sería crucial para su primer intento de cultivo.
Ian, agotado pero con un sentido de logro, se acomodó en un rincón de la cueva donde había derrotado al oso. Decidido a comenzar su entrenamiento, sacó el Manual de Entrenamiento de Grado E que había adquirido y lo abrió. Aunque el manual era básico, era crucial para iniciar su camino en el cultivo.
Frente a él, una pantalla holográfica se activó, mostrando la siguiente información:
- Fuerza: 8
- Agilidad: 9
- Constitución: 8
- Poder Mágico: 10
- Nivel de Cultivo: 0
- Método de Cultivo: [Vacío]
- Habilidades: [Vacío]
Ian comenzó a seguir las instrucciones del Manual de Entrenamiento. Se sentó en posición de meditación y empezó a absorber la energía de los núcleos energéticos que había recolectado. La cueva, ahora tranquila y libre de amenazas, proporcionaba el entorno ideal para su cultivo.
Concentrado, Ian enfocó su mente y cuerpo en el proceso de cultivo. Utilizando la energía de los núcleos, su cuerpo comenzó a adaptarse y fortalecerse. La atmósfera tranquila de la cueva ayudó a mejorar la eficacia del cultivo, permitiéndole experimentar un progreso tangible.
Después de aproximadamente una hora, la pantalla holográfica se actualizó para reflejar los resultados de su esfuerzo:
- Fuerza: 13
- Agilidad: 9
- Constitución: 8
- Poder Mágico: 10
- Nivel de Cultivo: 1
- Método de Cultivo: "Método de Cultivo Básico" (activo)
- Habilidades: [Vacío]
Ian miró la pantalla con satisfacción. Aunque el método de cultivo básico era simple, había logrado un avance significativo. Sabía que aún quedaba mucho por aprender y mejorar, pero este primer paso le dio una sensación de esperanza y determinación para continuar con su entrenamiento.
Después de completar su primer intento de cultivo, Ian decidió revisar la tienda del sistema para ver qué opciones tenía disponibles con los puntos energéticos que había acumulado. Se sentó frente a la pantalla holográfica y accedió a la interfaz de la tienda, donde exploró las ofertas y precios.
Primero, Ian notó un artículo que había captado su atención: el Ticket de Retorno a la Tierra. Su precio era de 300,000 puntos energéticos. Aunque Ian no tenía suficientes puntos para comprarlo en este momento, se dio cuenta de que este artículo podría ser crucial para futuros viajes o para regresar a casa cuando estuviera listo.
A continuación, Ian exploró las opciones de espacio de almacenamiento en la tienda del sistema. Descubrió que podía adquirir espacio de almacenamiento para guardar sus artículos y recursos, con un costo de 25,000 puntos energéticos por cada metro cuadrado. Como actualmente solo contaba con 1,000 puntos, no podía permitirse comprarlo, pero lo anotó como una prioridad para el futuro.
Finalmente, Ian se centró en los manuales. Recordó que el manual que estaba utilizando era de Grado E, y descubrió que para pasar al Nivel 2 del manual su atributo de fuerza, debía alcanzar los 100 puntos. Este objetivo le pareció ambicioso, pero entendió que era necesario para avanzar en su entrenamiento y mejorar sus habilidades.
Ian se tomó un momento para evaluar sus opciones y planificar su próximo paso. Sabía que necesitaría acumular más puntos energéticos para alcanzar sus objetivos, especialmente para comprar el ticket de retorno y adquirir el espacio de almacenamiento. Además, debía enfocarse en mejorar su fuerza para poder avanzar al siguiente nivel del manual.
Con estos nuevos objetivos en mente, Ian se preparó para continuar su exploración y entrenamiento, decidido a alcanzar los puntos necesarios y avanzar en su viaje. Su experiencia en la mazmora y su primer intento de cultivo le dieron una nueva perspectiva sobre los desafíos que enfrentaba y la importancia de planificar cuidadosamente sus próximos pasos.