—Madre —la llamó.
—¿Sí?
—No puedo dormir. Me siento inquieto. —cerró sus ojos, reposando su cabeza en su pecho.
—¿Qué te pasa? —ella lo miró hacia abajo.
—Tuve un sueño aterrador. Todavía me está molestando. —hizo un puchero—. Vi... a él...
—¿A quién?
—Al tío de Papá.
—¿Y? ¿Qué hizo? —preguntó Nyx.
—Me estaba persiguiendo, con una espada. Al principio lo superé en velocidad, pero parecía que me estaba alcanzando.
—Finalmente me alcanzó, y sacó su espada para matarme. Entonces, de la nada, Papá llegó y lo mató en su lugar. —Nyx escuchaba pacientemente, su corazón latiendo con ansiedad—. ¿Oh?
—Fue aterrador. Había sangre, y muchas otras cosas aterradoras en ese sueño —sollozó.
—Cálmate. Solo fue un sueño —Nyx lo abrazó—. Te acaricio el cabello.
—¿Por qué fue tan aterrador? —preguntó él.