Camilo estaba preocupado. A sus 50 años, con un matrimonio sólido de 25 años, se enfrentaba a un dilema. ¿Cómo sorprender a su esposa en su aniversario? Como su familia era de puros mariachis, desde niño ha aprendido la profesión y había cantado miles de canciones de amor a lo largo de su vida, pero para esta ocasión, quería algo especial, algo que ella no hubiera escuchado antes. Algo que no solo tocara el corazón de su esposa, sino que lo hiciera de una manera nueva y refrescante.
Gracias a su nieta, había aprendido a manejar las redes sociales, y en especial, MeTube, una plataforma de música que, para su sorpresa, tenía un catálogo impresionante. Allí se encontraba, navegando y refrescando la página, sin encontrar nada que lo convenciera, cuando de repente, una canción apareció en la pantalla. Había sido publicada hacía un mes por un perfil con pocos seguidores, apenas alcanzando las tres cifras. Solo tenía dos canciones, pero la portada de una de ellas, un reloj, llamó su atención. Sin pensarlo dos veces, hizo clic para escucharla.
Cuando la canción terminó, Camilo estaba llorando. Y no, no eran esas lágrimas discretas que uno puede ocultar fácilmente; eran esas que te nublan la vista y te estrujan el corazón.
—Es perfecta —murmuró, emocionado hasta los huesos.
Sin dudarlo, se suscribió al canal, le dio "me gusta" y reprodujo la canción una y otra vez, hasta que cada palabra, cada nota, se le quedó grabada en la memoria.
Luego, por pura curiosidad, escuchó la otra canción del mismo artista, "Dos Oruguitas". Y nuevamente, se encontró sumido en la belleza de la melodía y la letra. Ambas canciones eran un tesoro, cada una tocando un tema diferente, pero igualmente conmovedor.
Camilo decidió en ese momento que "Cien Años" sería la canción que le cantaría a su esposa en su aniversario. Estaba convencido de que no solo la emocionaría, sino que también la sorprendería con algo que jamás había escuchado. Y, por supuesto, no podía quedarse con este descubrimiento solo para él. Ya tenía planeado mostrarles a sus amigos la joya que había encontrado.
Esa noche, mientras afinaba su guitarra, una sonrisa se dibujaba en su rostro. Sabía que había encontrado la canción perfecta, pero más allá de eso, sentía que había encontrado algo más: una nueva conexión con su música y con su esposa, que haría de ese aniversario algo inolvidable.
Ya había pasado un mes, y aunque no volví a cruzarme con los vándalos que casi me mandan al otro mundo, mis estadísticas decidieron que era hora de crecer. ¡Y vaya que lo hicieron! Debido a mi misión diaria, puedo distribuir 3 puntos libremente por lo que decidí emparejar mis estadísticas.
Ahora, mi ventana de estado se veía algo así:
Defensa personal (Novato - Nivel 5)
Aprendizaje (Novato - Nivel 1)
Guitarra (Novato - Nivel 10)
Canto (Principiante - Nivel 21)
Composición (Novato - Nivel 2)
Memoria (Novato - Nivel 4)
Piano (Novato - Nivel 10)
Batería (Novato - Nivel 1)
No está mal para alguien que hace dos meses apenas sabía defenderse de un empujón. Además de todo, aproveché para grabar algunas de mis presentaciones y tomar fotos mías en el restaurante, las cuales subí a mis redes sociales: MeTube, InstaBram, Spoty, Z y TokTik. Al principio, no tenía comentarios ni me gustas, pero eso cambió cuando comencé a promocionarlas al final de mis presentaciones. Ahora tenía 100 seguidores. Sé que no es mucho, pero oye, son 100 personas que aprecian lo que hago. (Y sí, probablemente la mayoría son nietos o nietas de los comensales habituales del restaurante, pero seguidores son seguidores, ¿verdad?)
Estaba terminando de completar mi misión diaria de entrenamiento cuando recibí una notificació del sistema:
[Debido a que el cuerpo del anfitrión ya mejoró, se actualizará la misión diaria. Esto sucederá cada que el sistema lo considere.]
[Misión Diaria Actualizada
100 flexiones: Incompleto (0/100)
100 abdominales: Incompleto (0/100)
100 sentadillas: Incompleto (0/100)
Correr 10 Km: Incompleto (0/10)]
[Recompensa: +1 punto para distribuir libremente]
[Esta actualización se aplicará a partir del día de mañana]
En serio, 10 kilómetros... ¿Es que el sistema cree que soy un maratonista?