Capítulo 9: Capítulo 9. Rompiendo relaciones
Axel cuando escuchó estas palabras de su abuela fue que soltó a un Max que solo se dejaba que lo golpearan, sin hacer nada para defenderse, porque estaba de acuerdo con su cuñado y él era el único que tenía la culpa de que su mujer ahora estuviera muerta.
Los padres de Luciana estaban consternados con la muerte de su hija, tanto era su dolor que no pudieron decir nada antes las palabras de su hijo mayor, pues en parte tenía razón. Ellos no hicieron nada para que su preciada hija no se casará con Maximiliano, antes estuvieron de acuerdo con aquel matrimonio pensando que un hombre como Maximiliano trataría bien a su hija.
Solo los abuelos de ambas familias estaban conscientes que una pelea entre las dos familias no terminaría muy bien y por más que trataron de que todos se calmaran no lograron nada.
Pues Axel quería llevarse a su hermana para sepultarla en el Mausoleo privado de la familia Herrera.
Pero Maximiliano en esto no estaba de acuerdo, ya que su esposa tenía que estar en el Mausoleo de su familia y al lado donde más adelante estaría su cuerpo cuando dejara esta vida.
Sí, era verdad que él era el único culpable de la muerte de su esposa y no se iba a cansar de pedir perdón y vivir en la miseria.
Sin embargo, esto era lo único que no iba a estar de acuerdo con la familia de su mujer que, si querían que lo siguieran golpeando, pero en donde iba a descansar los restos de su esposa, eso lo decidiría él y así lo hizo.
Axel lo miró con rencor y se dio la vuelta para irse, no sin antes decir todo trato comercial que tenga la familia Herrera con los Oliveros se termina en este mismo instante.
Todos los presentes se quedaron estupefactos por las palabras de Axel, hasta la abuela de este, puesto que todavía no habían decidido terminar aquella relación con los Oliveros.
Pero no podía contradecir a su nieto en esta decisión, así que no le toco de otra que aceptar lo dicho por Axel, aunque sabía que terminar cualquier contrato con los Oliveros sería muy grave, ya que ambas familias terminarían afectadas por esto.
Tres días antes
Luciana, que apenas se había recuperado de su calambre en el pie, miró el lugar donde estaba el yate, pero ya no estaba, solo se veía las olas y se dijo que no podían haberla dejado tirada como sin nada en medio de la nada, por mucho que no la quisieran esa gente no podían haberse olvidado de ella ¿cierto?
Y se repetía una y otra vez en su cabeza que esa gente que una vez pensó que era su familia no le harían esto, ¿verdad?
De seguro le querían jugar una broma y nada más se decía esto una y otra vez, ya que era incapaz de creer esta verdad, hasta que ver qué pasaba el tiempo y no regresaban por ella.
Ahí fue que se dio cuenta de que ellos la habían dejado tirada, y se decía, está bien que los otros integrantes de esa familia se olvidaran de mí y me dejaran de un lado, puesto que siempre mostraron hostilidad frente a ella.
Sin embargo, el hombre con el que se había casado no sería capaz de dejarla tirada en la nada, ¿cierto?
Además, desde que se casaron ella no hacía otra cosa que desvivirse por él y demostrarle lo mucho que lo amaba, Max no sería capaz, mientras se repetía estas palabras comenzó a derramar lágrimas por sus mejillas, al darse cuenta de que todo esto estaba sucediendo y que su esposo la había dejado en el mar como si nada.
En ese momento se sentía derrotada, que ya no valía la pena seguir viviendo y se iba a dar por vencida, pero recordó a su hermano, sus padres y su abuela, aunque esta última era un poco estricta con ella, la quería y mucho.
Así que dijo que tenía muchos motivos para seguir viviendo y no estaba dispuesta a morir en la nada y así tan injustamente y les iba a demostrar a esa familia que ella, Luciana Herrera merecía vivir una mejor vida lejos de esa gente que por dos años llegó a pensar que eran su familia.
En ese momento sentía tanto frío que creía que si no moría devorada por un tiburón de seguro moriría de hipotermia porque el frío era insoportable y sus manos ya estaban arrugadas y blancas, de tanto tiempo estar en el agua.
Y lo peor no sabía para donde nadar, por lo menos para conseguir un lugar donde pudiera estar, hasta que su verdadera familia la comenzara a buscar, solo buscaba un lugar donde pudiera estar en tierra firme y esperar en aquel lugar, pero para donde miraba era agua y más agua.
Luego recordó que su marido le había dicho que iban a pasar el fin de semana a su isla privada, que no estaba muy lejos del lugar donde la habían dejado tirada, pero para donde nadaba ella, si ni siquiera sabía dónde encontraría tierra firme.
En ese instante pensó que, porque no le presto más atención, cuando era una niña y le estaban enseñando sobre los puntos cardinales, donde era que estaba el norte, se preguntaba ella en su mente y a esto súmele que tenía mal sentido de orientación y la verdad nunca pensó que necesitará de la prehistoria para buscar un lugar, ya que su teléfono le llevaba hasta donde ella quisiera, pero su teléfono no estaba ahora en sus manos y dudaba mucho que, si lo tuviese, este tuviera señal en aquel lugar.
Pero no se podía dejar llevar por la marea, tenía que buscar un lugar y nadar hasta que se cansara y listo, porque no iba a quedarse y ver que llegara su muerte, eso sí que no lo iba a permitir.
Luego se dijo lo mejor que puedo hacer es nadar al mismo sentido que el mar la estaba llevando, así mismo como decía el dicho, iba a dejar que la corriente la llevara a ver hasta dónde la iba a llevar al final.
Ya tenía como seis horas nadando cuando miro algo que resaltaba de un color naranja viendo esto nado más rápido para poder alcanzar y así salvarse.
Pero cuando llego aquel lugar pudo ver un cuerpo de una mujer y lo que la hacía flotar era el salvavidas que llevaba puesto, el cual era de color naranja con rayas azul, ya que su cabeza estaba dentro del agua, a lo primero se asustó mucho al ver ese cadáver, puesto que nunca pensó estar sola en el mar y con una persona muerta que no era lo mismo.
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