—¿Quiere que contrates a la Señorita Anna Hayden como su asistente de nuevo? ¿Por qué ella? —Austin se quitó sus gafas redondas y ofreció a Liam una mirada confusa.
Liam se encogió de hombros despreocupadamente, sin realmente entender cómo esa simple frase podría evocar tanta perplejidad en su asistente.
—Sí, ¿por qué no? Aunque Amelie ya no trabaja para JFC, una vez que empiece a ayudarme con el Grupo Diamond, necesitará su propia asistente y quiere a alguien en quien pueda confiar. Es natural que la Señorita Hayden haya sido su primera elección.
Austin dejó a un lado su portátil y se recostó en el escritorio, clavando sus ojos entrecerrados en su jefe. —Pero, ¿podemos confiar en la Señorita Hayden tanto como confía Amelie? Sé que nos ayudó con el caso de la Señorita Blackwood, pero ha estado trabajando para el Grupo JFC demasiado tiempo como para ser considerada nuestra aliada.