—¡Amelie, espera! —Cuando los cuatro salieron de la sala del tribunal, Ricardo agarró a su exesposa de la muñeca, la cual ella sacudió como si la mano del hombre estuviera infectada. Su mero toque ahora le resultaba repugnante.
—Señor Clark, está fuera de lugar. Por favor, no agarre a mi esposa así o me veré obligado a reaccionar en consecuencia —Liam le lanzó una mirada de advertencia, pero la irritación de Ricardo solo aumentó de nuevo.
—¿Tu esposa? —Casi siseó.
Antes de que Liam pudiera replicar de nuevo, Amelie avanzó entre ellos y miró directamente a los ojos a Ricardo.
—¿Qué es lo que quieres ahora? Querías un divorcio, ya eres un hombre divorciado. ¿Qué más podrías necesitar de mí?
—Hablemos en privado, Lily. Solo dame unos minutos —Amelie echó un breve vistazo a Samantha, quien también estaba un poco confundida por la reacción de Ricardo, luego soltó un largo suspiro y asintió.