Abrí mis ojos en completa oscuridad, intenté encontrar un rayo de luz, así que moví mi cabeza de derecha a izquierda, pero, no había nada, no podía ver ni mis propias manos que estaban a centímetros de mis ojos, así que sin miedo, decidí dar pequeños pasos hacia lo que creí que era el frente.
-Tap Tap Tap Tap- mis pasos resonaban en la penumbra, con cada paso que daba, me adentraba más en la oscuridad, pero yo, no sentía nada, todas mis preocupaciones, miedos, estrés y dolor habían desaparecido, me sentía increíblemente bien, seguí caminando, los segundos se convirtieron en minutos, los minutos en horas, cada paso que daba me adentraba mas en el abismo, los pasos una vez temblorosos y vacilantes, se habían convertido en firmes pisadas hacia el frente.
Caminé cada vez más y más rapido, las zancadas eran cada vez mas largas, los centímetros se convirtieron en metros y los metros en kilómetros, no sentí el pasar de las horas, mi sentido del tiempo y espacio había sido atrofiado hace mucho tiempo, solo podía caminar hacia delante.
Caminé y caminé dentro del abismo infinito sin lugar predestinado, solamente caminé, cuando el negro más puro se intensificó más, pude captar de entre las sombras, un ligero susurro que venía a mi costado, una calidez rebosó en mi hombro derecho, y con ello, decidí correr hacía esa dirección, las voces me guiaron al abismo absoluto, no sé por cuánto tiempo o cuantos días, yo no dejé de correr, los susurros se transformaron en pequeños fragmentos de conversación, ahora los podía oir con más claridad.
"Los 12 trabajos" "los 12 trabajos" "los 12 trabajos" eran las frases que más se repetían con más frecuencia en un bucle aparentemente infinito.
Cada paso que daba cada kilómetro que recorría, más palabras en un idioma que no conozco empezaron a bombardear el ambiente, una sensación de hundimiento se recayó sobre mí, me sentía cansado y desesperado, me detuve de golpe por tal ominosa sensación, y con ello, las voces se alejaron, cada segundo que me quedaba quieto, las voces se distanciaban en el abismo, mientras que por su parte, la sensación ominosa no hizo más que crecer mientras me hundía en mi propio abismo.
Me sentía decaído, abandonado por todos, como si yo no existiera, la sensación no hizo más que arremeter con mi mayor miedo, la soledad, estaba desesperado, no sabía cómo continuar el trayecto, simplemente ¿es mi destino desaparecer en un mar de oscuridad?.
Mis pensamientos se descarrilaron a la tristeza absoluta, la oscuridad me envolvía y no podía escapar de ella, tal vez... era mejor de esta forma.
Cuando mi esperanza estaba dada casi por perdida, un sutil resplandor proveniente de mi hombro me sacó de las afiladas garras de la oscuridad, la luz me envolvía por completo ofreciendome la esperanza que estuve por abandonar.
Así que, una vez más, fui salvado por la grata sensación de calidez que recorría mi cuerpo de pies a cabeza, era casi mágico, respirando profundamente y con la resolución una vez mas ardiendo dentro de mí, me dispuse a correr.
Cuánto más corría, mejor me sentía, la sensación ominosa se detenía más con cada paso que daba y los susurros antes incomprensibles por la barrera del idioma, ahora eran más claros y en un idioma el cual podía entender, las voces me guiaron a una luz al final del túnel, una sonrisa avivó mi pálida tez y seguí corriendo.
La luz se volvió cada vez más y más pequeña, paso tras paso, en medio de la oscuridad, los susurros se convirtieron en gritos repitiendo una y otra vez sobre algunas criaturas de las que nunca había oído hablar, además de trabajos pendientes que tenía que completar.
Mi cabeza se estaba rompiendo por las altas frecuencias de los gritos, mis tímpanos ya cansados del maltrato, empezaron a sangrar en señal de protesta, dejé de sentir mis piernas, mis ojos empezaban a cerrarse, un entumecimiento total se arremolinó en todo mi ser, ahora me movía por instinto, lo unico que queria hacer era no dejar de correr, no sabia que es lo que mi cuerpo hacia, era un macabro piloto automático del que yo, no podía escapar.
No sé cuánto tiempo pasó desde que deje de sentir mi cuerpo, tal vez horas, días incluso, o simplemente solo había pasado algunos meros segundos, no lo sabía, era como un pollo al que le cortaron la cabeza.
En medio de mi carrera sin cabeza, los recuerdos de mis dos vidas se arremolinaron en mi cabeza, cada golpe, cada patada, cada insulto, los recordé todos, todas las lágrimas que ambos cuerpos soltaron empezaron a ahogar mi conciencia, un vacío se creó en mi corazón, un manto negro se colocó como pesas en mis hombros impidiendo que acelere, era una pesada ancla que retenía mis pasos.
Mis anteriores grandes zancadas ahora se habían convertido en simples gateos de un infante, el peso que sentía era cada vez más y más pronunciado, quería rendirme, el pensamiento de simplemente dejarme caer y dejar esta carrera hacia un destino incierto, empezó a nublar mi conciencia.
Pero, cuando estuve en medio de la oscuridad, recordé vagamente, la figura de un hombre que representó un cambio de 360 grados para mí, era mi padre, el recuerdo de la calidez que me brindó en las noches más oscuras, los sacrificios que tuvo que hacer solo para brindarme un bocado de alimento, hizo que mis sentidos sean devueltos, y las pesadas cadenas que me retenían, fueron retirándose lentamente con cada paso que daba hacia delante, ahora consiente de lo que hacía, retomé mi larga carrera, está vez con un final en mente.
No me detuve, decidí correr cada vez más y más rapido, alargando cada zancada, acelerando el paso, los gritos se detuvieron casi como si nunca hubieran existido, y un sepulcral silencio envolvió al abismo.
Después de librarme de las pesadas cadenas del pasado, y alejarme de los gritos incansables, levanté mi mirada y pude ver con grata alegría cómo la luz una vez del tamaño de un grano de arena, ahora era casi tan grande como el sol en el horizonte.
Una voz me llamo de la nada mientras salía del abismo, una voz que creí nunca más escuchar, mis ojos se agrandaron mientras veía a la figura parada detras de mi.
"¡Axel! Vuelve aquí hijo" Gritó una voz profunda, que me conmocionó en el momento, no podía creerlo, el dueño de esa voz es de mi difunto padre.
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Nadie habló, nos quedamos sumidos en el contacto visual, era como un concurso de miradas demostrando nuestro espíritu.
Decidí dar un paso hacia delante, cada paso que daba, sentía que mi padre se hacía cada vez más y más grande, cada paso que daba sentía como mi ropa una vez ajustada, ahora se sentía cada vez más y más grande.
"Papá..." Susurré en voz baja con una voz chillona, casi infantil, era la voz de un niño la que salió de mi garganta, me detuve cuando estuve a un paso frente a el.
"Veo que has crecido bien hijo mío..." Habló mi padre en respuesta a mi susurro anterior, con solo oírlo, mis piernas temblaron, las puntas de mis dedos dolieron, sentía que mi ojos se nublaban y los cristales de mis viejos lentes se opacaban entre ligeros zollosos, ahora lo recuerdo.
Mi padre murió cuando tenía no más de 5 años y quedé varado en la calle sin lugar al que recurrir.
Levanté mis gafas e intenté limpiar mis ojos ahora bañados en lágrimas, pero, una cálida mano se posó en mi cabeza, provocando que alzara mi mirada, lo que ví, fue la cálida sonrisa de un padre que ofreció a su descarrilado hijo un lugar seguro al cuál volver.
Dude en mi posición, mis piernas fallaban, mis lágrimas no paraban de salir en un intento de aliviar las grietas en mi corazón.
Un pañuelo se me ofreció de la nada y limpio mis lágrimas con delicadeza, una delicadeza propia de un padre soltero que cuido el solo a su hijo con todo lo que pudo, enfrentando los elementos por él, dejando de comer para alimentarme, ofreciendome un techo al cual llamar hogar mientras el se ahogaba en deuda tras deuda que mi madre le dejó años atrás, usaba lo poco que ganaba en sus múltiples trabajos para calmar mis males y tratar de ofrecerme un lugar al cual volver y decir que era mi dulce hogar.
El silencio reinó por unos segundos mientras el me sonaba la nariz y dejaba de llorar, mi padre me regaló una gran sonrisa, mientras me entregaba el pañuelo y... Unos guantes viejos y sucios hechos de cuero desgastados por la edad.
"Ten Axel, hijo mío, este es el primer y último regalo de cumpleaños que podré entregarte, lo siento por ser un mal padre y dejarte solo por tanto tiempo"
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Rompí a llorar otra vez, saltando sobre él, abrazándolo en el acto.
"Fuiste, eres y serás el mejor padre que alguien podría desear, gracias por... Vivir conmigo y enseñarme a vivir" dije entre lágrimas mientras no soltaba a mi padre, no quería hacerlo, sentía que si lo soltaba el se marchitaria otra vez como lo hizo cuando era un niño.
Unos guantes se materializaron en mis manos de golpe, mientras sentía que lo que abrazaba se volvía intangible.
"Gracias a ti por ser mi hijo, entonces yo Héracles, rey de los heroes y dios del poder y la honradez humana, te dejo a ti, mi único hijo en tierras lejanas el legado de un héroe caído en desgracia."
Me quedé sin palabras mientras me ponía de pie y la ropa que una vez me quedó grande, se ajustaba a mi figura.
"Espero mucho de ti hijo mío"
No podía hablar mientras observaba a mi padre convertirse en polvo.
"Te amo hijo"
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Fue lo último que escuché antes de despertar.
Me froté los ojos en un intento casi en vano, de sofocar las lágrimas que recorrían por mis mejillas, pasé una hora más entre sollozos antes de salir de mi cama y tomar una ducha fría para calmar mi mente.
El agua fría recorría mi cuerpo alejando los males que carcomía mi ser.
Me puse el uniforme de la academia dejando desabrochada la chaqueta y me dirigí a la academia a paso lento.
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Llegué a las puertas de la academia Kuoh, antes no lo había notado pero, las puertas si que son grandes.
Había llegado tarde a la academia, estaba más que claro ese hecho, entonces, recordando como solía infiltrarse en mi antigua escuela, decidí entrar por la fuerza.
Dando algunos vistazos por los callejones de los edificios alrededor de la manzana, apilé algunos botes de basura, y con un gran salto que me dejó sorprendido, crucé los muros y llegué exitosamente a la academia.
Mi mente estaba en blanco, funcionaba en piloto automático, mis pensamientos estaban clavados en lo que soñé y en lo último que me dijo mi padre.
Caminé sin rumbo fijo por las instalaciones, buscando mi aula, luego de unos minutos, logré localizarla con éxito.
-Toc Toc- toqué la puerta de madera que separaba mi aula de los pasillos.
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Después de una reprimenda por parte de mi maestro de historia, me dejó tomar aciento.
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Las horas pasaron en un parpadeo y la última jornada estaba en sesión.
Antes de que la clase empezara, la puerta se abrió mostrando a un chico de cabellera rubia fuera del salón.
"Buenas tardes sensei, me preguntaba si Kuroichi-san puede tener un momento, la presidenta del consejo estudiantil le esta buscando actualmente "
Habló sin prisa el joven sacando algunos gemidos de admiración y amor platónico a algunas niñas de mi clase, por otra parte, los niños sintieron el más puro celo y odio al apuesto rubio.
Ignorando mi alrededor, me puse de pie y tomé mi maletín, hice una ligera reverencia al maestro y salí del salón disponiendome a seguir al chico.
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Caminamos por un par de minutos en completo silencio, hasta llegar al edificio aparentemente abandonado que ví ayer.
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Al entrar al edificio, pude apreciar que este edificio no estaba tan abandonado como aparentaba por fuera, las instalaciones estaban amuebladas con estilo victoriano que gritaba cuna noble por dónde quiera que mirases.
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El rubio se detuvo frente a una puerta y la tocó ligeramente, esperando una respuesta por quién sea que estuviera ahí dentro.
"Adelante" resonó una voz femenina dentro de la habitación, el chico no dudó y abrió la puerta, revelando una oficina muy bien amueblada y dentro de ella, había una chica de cabello negro y buena figura sosteniendo una charola con un set completo de té, junto a ella, sentada detrás de un escritorio, estaba la misma mujer que me obligó a dormir anoche con ella.
"Rías Gregorio... O era Grimorio?" Susurré en voz baja, intentando no ser oído por nadie, pero sin saberlo, fue oído por todos los presentes crispando la ceja del rubio y haciendo que un par de ceños fruncidos aparezcan en los rostros de las mujeres frente a mi.
La tensión en el ambiente creció por culpa de mi comentario, el rubio estaba dispuesto a atacarme por insultar a su ama y señora pero antes de que algo pasara.
"Llegamos Buchou" se escuchó la voz de una niña que venía justo detrás de mi, y con ella, venía Issei el más grande pervertido de la academia, entrecerré los ojos ligeramente mientras la atención de todos se ponía en el pelimarrón recien llegado.
"Por favor tomen asiento" habló la pelirroja mientras señalaba un sofá frente a ella, al oírle, el pervertido prácticamente corrió a tomar asiento sin apartar la mirada en las jugosas pechugas del par de chicas frente a el mientras murmuraba algo relacionado con las sandías, melones y... ¿Limones? ¿Que quería hacer? ¿Una ensalada de frutas?.
Alejando ese pensamiento, también me dispuse a tomar asiento.
Al hacerlo, recibí un par de miradas llenas de rencor hacía mí, pero decidí restarle importancia, simplemente actuaré de forma inocente como siempre lo he hecho.
Mientras lo hacía, las otras dos personas que sirvieron como guía, se pararon al costado de Rías ofreciéndole una ligera reverencia a su señora, Rias por su parte esbozó una sonrisa al recibir el trato que se merecía.
"Issei-kun, Kuroichi-san, sean bienvenidos al club del ocultismo" empezó a hablar la pelirroja recibiendo un asentimiento del pelimarron que estaba emocionado observando los pechos de la pelirroja.
"O... Eso es lo que las personas normales piensas" continuo la chica llamando mi atención, ¿Que se supone que es este lugar?, simplemente me quedaré callado y escucharé atentamente lo que está mujer tiene que decir, y con ello, sacaré mi propia conclusión.
"¿A qué se refiere con eso Buchou?" Preguntó Issei sacando una tierna sonrisa de Rías, la cuál continúo con su discurso.
"Me refiero a que esto no es un club, es una simple fachada para que mi nobleza pueda hacer tratos con los humanos de manera indiscreta"
Al oir lo último, me quedé ligeramente desconcertado, ¿qué quiere decir con eso? ¿Es alguna clase de culto? Y ¿por qué habló de los humanos como si ella no perteneciera a la misma especie? Seguiré escuchando por el momento.
"Y por nobleza me refiero que todos los aquí presentes incluyendo a ustedes dos son mi esclavos" continúo su diatriba sonriendo cálidamente en la parte final, mi máscara flaqueo ligeramente intentando aguantar un ceño fruncido y responder con sarcasmo, pero, apreté mi mandíbula evitando no salir del papel del chico inocente e infantil.
"¿Soy tu esclavo? Preguntó Issei con una sonrisa depravada, esperando con altas expectativas los atributos de su aparente ama, este era su sueño más húmedo, ser el esclavo de una completa belleza.
"Fufu, así es Issei-kun, tu eres mi esclavo, pero no solo eso, ¿recuerdas... la ves que moriste?" Preguntó Rías haciendo que la tonta sonrisa del chico callera y fuera sustituida por un mueca melancólica.
Como respuesta, el adolescente asintió levemente esperando alguna respuesta de Rías.
"Pues bien, ese día fuiste atacado por un ángel caído y moriste junto a Kuroichi-san... Entonces los reviví a ambos como Demonios de clase baja"
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Me quedé sin palabras, ahora entendía un poco más pero, ahora ¿soy un demonio? ¿Y cuáles eran esos angeles caídos que me han atacaron dos veces ya?, y ¿¡¿por qué ella lo cuenta como si estuviera dando la hora con una sonrisa tonta en su rostro?!? Bueno, no importa, creo que ya es hora de que empiece a hacer preguntas.
Usando mis dotes actorales, puse una expresión de completa sorpresa y levanté mi voz ligeramente.
"Entonces ese angel caído de ayer, me atacó porque ahora soy un demonio?" Pregunté esperando una respuesta, pero fui completamente ignorado por la pelirroja, esto me molestó mucho, y, teniendo la intención de alzar la voz, fui retenido por la punzada de dolor en mi pecho, era igual que ayer , cuándo presentaba una emoción de rencor hacia ella, el dolor emergía de la nada y cuando dejaba de tener esos pensamientos, al igual que como vino, el dolor desapareció
Fingí que nunca tuve una punzada de dolor queriendo repetir mi pregunta, pero está vez Issei me interrumpió con su propia pregunta.
"Por qué nos atacó un ángel caído?" Preguntó el joven recibiendo una sonrisa de la pelirroja que sonrojo al joven.
Rías por su parte, se levantó del asiento parandose frente a nosotros, y con ella, los demás miembros de su nobleza, se acercaron a nosotros.
"Ustedes fueron atacados por ángeles caídos porque poseen un poder latente dentro de ustedes, es un arma divina que puede matar a angeles y demonios por igual, así que prefieriendo matarlos antes de que demonios como nosostros les convirtiesen en parte del lado demoníaco, ustedes murieron" habló la mujer esbozando una sonrisa.
"Pero porque? Volvió a preguntar Issei.
"La razón de ello es porque es parte de una lucha milenaria a tres bandos, nosotros los Demonios nos enfrentamos a los ángeles de dios y los ángeles caídos, que, en un principio fueron ángeles, pero cayeron al tener pensamientos impuros de la gracia de su creador"
Respondió la mujer haciendo rebotar su pecho con cada palabra, era claro que lo hizo a propósito para llamar la atención del pervertido sentado alado mío, entonces, decidí hacer otra pregunta, está vez aumentando el tono de mi voz para que me escuche.
"Entonces nosotros como demonios de clase baja, podemos ascender a clase alta o algo asi?" Pregunté con gran curiosidad en mi voz, no me importaba el hecho de que ahora era un maldito demonio y que muy probablemente cuándo muera, las puertas del cielo me serán cerradas por completo.
Y una vez más, fui ignorado, esto me empezó a molestar, estaba siendo marginado en este grupo y no podía hacer nada por las punzadas de dolor en mi pecho.
Por su parte, Issei usando su única neurona que tiene llena de porno habló.
"¿¡¿Entonces como demonio, puedo tener un harem de chicas demonio?!?"
¿¡¿Quedé consternado por su pregunta, acaso lo único en lo que piensa este adolecente es en esas cosas?!?.
("Dudo que está mujer le responda a su pregunta por ser tan burda") Pensé con una pequeña sonrisa en mi rostro.
Pero, Rias, se acercó y posando sus pechos en los ojos del adolescente, se acercó a su oído y susurro.
"Si creces y te vuelves fuerte, ascenderás a demonio de clase alta, entonces, podrás tener las mujeres que desees Issei-kun~"
....
Me quedé sin palabras, era obvio el favoritismo de esta niña, expresando mi descontento con una cara inexpresiva, me encogí de hombros.

Después de mis intentos fallidos, dejé de intentar hacer preguntas y sólo me centre en lo que está chica tenía que decir, hablaron de cosas sin sentido sobre harems y la poligamia del mundo demoniaco, esto me estaba molestando, decidí cerrar mis ojos esperando a que algo importante sucediera, pero, un fuerte golpe en mi nuca por parte del rubio, me hizo abrir los ojos de golpes.
Voltee mi mirada para solo ver cómo el chico empuñaba una espada que apuntaba directamente a mi cuello.
"Estoy harto de las falta de modales de este insecto" escupió la última palabra con aparente veneno, el odiaba estas faltas hacia su maestra, y con mis últimas acciones, su paciencia explotó y fue directamente a atacarme.
Rías por su parte solo levanto la mano haciendo que el rubio dispersace su espada, me interese en ello ligeramente, pero mi atención volvió a la pelirroja al escuchar sus siguientes palabras.
"No tienes por qué ensuciar alguna de tus hermosas espadas en alguien tan inmundo y patético como él."
Sus palabras me cayeron como un balde de agua fría, algunos fragmentos de la vieja personalidad de este cuerpo saltaron mientras morían por lo dicho por su amada, ignoré ese sentimiento quedándome callado por el momento, aún necesitaba descubrir a que se refería mi padre con la voluntad de un héroe caído en desgracia, y talvez Rias pueda responder a esa duda de manera indirecta.
El tiempo pasó y ahora Rías nos está explicando la manera en que los demonios ganan prestigio y poder con los humanos, tal parece ser que hacen contratos con ellos por medio de los volantes que ellos mismo reparten.
Dándole un volante a Isseai, Rías le dió algunas instrucciones a la chica de pelo negro parada junto a ella, ella asintió y se separó de la pelirroja.
Después de unos instantes, ella me arrojó una hoja de papel con una dirrección escrita en ella, la forma en la que me la arrojó demostraba su alto disgusto hacia mi persona.
Agarrando el papel, veo que está es una dirrección cercana a mi casa.
"Ve allí ahora mismo y cumple lo que te pidan, ahora lárgate de aquí desperdicio de espacio" escupió la mujer haciendo que me enojara levemente, mi ira no llego a más por las punzadas de dolor en mi pecho.
Esto, era molesto, saliendo sin despedirme de nadie, Rias se volteó hacia Isse y esbozó una gran y cálida sonrisa mientras lo tomaba de la mano para llevarlo con su compañera, demostrando ahora el porqué eran demonios, ella extendió sus alas de murciélago al igual que el resto de las personas allí presentes.
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El tiempo pasó y llegué al lugar indicado, era en un restaurante algo viejo, en el que vendían comida tradicional japonesa.
Sin perder más tiempo, me paré debajo de unas pequeñas cortinas que deletreaban Ichiraku's Ramen.
"Buenas... Vengo aquí por parte de Rías a hacer cumplir un pedido" dije mientras movía mi mirada de un lado a otro, en busca de la persona que me convocó, pero, algo llamó mi atención por sobre todas las cosas, era un niño rubio de ojos azules, parado en una esquina fuera del pequeño puesto de comida, viéndome expectante y sosteniendo un pequeño folleto que logré reconocer, estaba claro, este niño fue quién me convocó, sera el hijo del dueño de este local?
Me acerqué a paso lento al niño y me agaché a su altura, mirándolo bien, pude ver qué la ropa que vestía era andrajosa y muy desgastada, además de la clara ausencia de su zapatos, sus pies, estaban completamente sucios y con ligeros tonos rojos parecidos a salpicaduras de sangre seca.
Aclarando mi voz, empecé la conversación.
"¿Acaso fuiste tu el que me convocó pequeño? Pregunté lentamente en un intento de no asustar al pobre niño, él, por su parte, me asintió ligeramente, y tomando valor, abrió su pequeña boca para empezar a hablar.
"Ho-hola mi nombre es Naruto, gracias por venir onichan" se presentó el pequeño ahora conocido como Naruto, le sonreí cálidamente mientras acariciaba lentamente su cabeza en un intento de hacer que el niño se calmase.
"Hola Naruto, puedes llamarme solo Alex, vine aquí para cumplir tu deseo" dije cálidamente viendo cómo el niño me asentía debajo de mi mano, alejé mi mano de él, provocando una pequeña reacción de tristeza del jóven.
"Mi-mi deseo es poder comer un tazón de ramen de Ichiraku's" dijo el joven ahogando un pequeño gruñido de hambre proveniente de su vacío estómago.
Asentí felizmente ante su pedido, le brindé mi mano y el no dudó en tomarla.
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Tuvimos una gran cena de ramen, el señor que atendía el local era muy buena persona y me contó un poco sobre Naruto, el..., era huérfano, sus padres murieron recientemente quedando solo en la vida y viviendo en algunos callejones, quedé pensativo sobre el curso de acción, este niño, me recordaba mucho a mi cuando tenía su edad y tenía que mendigar alimentos a restaurantes como este.
Mi corazón me carcomía queriendo llevarme al niño a mi casa y luego convencer a mis padres para adoptarle, pero mi parte racional me lo impedía, no sabía que hacer mientras caminaba junto con el al callejón de dónde aparentemente el vive, al llegar, mi corazón dió un vuelco, allí había nada más que un basurero sucio y lleno de ratas.
"Oye... Naruto, ¿Aquí es donde vives?" Hablé con tono vacilante en mi voz, al recibir un asentimiento confirmativo por parte del niño, por fin llegué a una conclusión.
Adoptaré a este niño.
Decidí por ponerme en cuclillas frente al niño, y, mostrando una cálida sonrisa hablé.
"¿Quieres vivir conmigo a partir de ahora Naruto?" Al terminar de hablar, los ojos del niño se iluminaron y con un rápido asentimiento el chico me abrazó fuertemente y empezó a sollozar ligeramente.
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El niño me agradeció por bastante tiempo antes de que se calmara, tomando la ruta por dónde vinimos, caminamos en un cómodo silencio, pero, no todo es tan fácil en este puto mundo de mierda.
La sensación ominosa se presentó una vez más y el cielo se tornó de un horrible púrpura, apreté el agarre donde tenia sujeto a Naruto y corrí en dirección al pequeño restaurante de Ichiraku's.
Corri sin mirar atrás mientras una oscura risa de una mujer resonaba en el ambiente.
Llegando al local, dejé escondido al niño con las ordenes de esconderse lo mejor que pueda, y haga lo que haga, no salga.
La risa se acercaba más a mi posición con cada segundo que pasaba, decidí acercarme para evitar que Naruto sufriera de fuego cruzado.
Me acerqué a la risa, y cuando por fin me encontré con el dueño de la misma, ví con perplejidad la silueta de una jóven que usaba un traje señido de dominatrix y junto a ella, había una bestia horrible, parecía un león sacado de la retorcida mente de Lovecraft.
La histérica risa de la mujer cesó mientras desabrochaba la correa de su "mascota"
"Hola chico bonito... Te presento a mi adorable gatito~ espero disfruten jugando juntos " habló la mujer señalando a mi dirección, ella por su parte, decidió sentarse en la cerca de una casa, un poco alejada pero con buena vista de la horrible masacre que está por suceder.
Me congelé ligeramente de miedo, cuando la bestia se acercó a mi, pude ver con más detalles como era, era una especie de león mucho más grande que yo, era casi el doble de mi tamaño, sus colmillos sobresalian grotescamente de sus fauces y su aliento nauseabundo tapo por conpleto mi sentido del olfato.
Se acercó aún más a mi, pude ver con detenimiento como esa criatura se ponía en dos patas mostrando sus enormes garras de marfil amarillento.
Al ver a la imponente criatura acercándose cada vez más a mi, retrocedí un par de pasos intimidado por los amarillentos ojos de la bestia, todo su ser estaba adornado de una piel que a siemple vista, se notaba sus alta resistencia al daño, tragué saliva ante tal criatura que muy posiblemente me comería después de jugar con su presa al igual que lo haría un gato con una pequeña rata.
Pero, no podía dejarme intimidar tan fácilmente, ahora tengo un propósito por el cual lucharé, aun tengo que descubrir el legado de mi padre y proteger al niño que está en unas calles tras de mí.
Me armé de coraje y dí un salto a mi derecha esquivando con éxito la embestida del monstruo.
La mujer por su parte, se veía extasiada por la situación, era una horrible vista ser atacada por una criatura enorme mientras una mujer jugaba consigo misma observando el grotesco acto.
"Gatito-chan~ espero la pases tan bien como yo mientras juegas con el maldito insecto~" la mujer siguió burlándose mientras sujetaba fuertemente una correa que estaba en su cuello, empezó a soltar gemidos ahogados por la aparente presión que genera ese collar sobre si misma.
"¿¡¿Maldición acaso no puedo tener un maldito día normal en este estúpido mundo?!?" Grité con una ligera desesperación en mi voz provocando una carcajada de la mujer.
El felino se abalanzó una vez más sobre mí, pero está vez, no conte con la misma suerte de antes, en el momento en que estaba en el aire, la bestia se inclino hacia mi aprovechando su humanoide apariencia, consiguiendo asestar un fuerte zarpazo en mi espalda, una horrible herida se formó en solo instantes cuando la punta de sus garras rosó la delicada y extremadamente frágil piel humana, y con el impulso, fui arrojado a unos botes de basura cercanos, el impacto fue contundente, haciendo que los cubos de hojalata se abollen por el impacto de mi cuerpo, y con ello, todo el contenido se regó sobre mi rostro y ahora herida espalda.
El dolor que emergió al tener contacto con la podredumbre fue mil veces peor que rociar sal a una herida, me encorvé sobre mi mismo y ahogué un grito de dolor, y sin parar, el león volvió a saltar sobre mi, pero está vez, tomando un bastón de madera viejo que encontré entre la basura, intenté defenderme atacando a sus desprotegida garganta.
Pero cuando el palo de madera entro en contacto con la piel del monstruo, este se destrozó en cientos de astillas que salieron volando como perdigones de una granada, nada pasó, el leon estaba intacto y el bastón destrozado, por su parte, la mujer solo se rió con mas fuerza que antes mientras que su respiracion se hacia cada vez mas pesada mientras más jugaba con ella misma.
"¡Joder, es otra pervertida de mierda!" Grité a todo pulmón sacando más risas y éxtasis a la mujer sentada.
Con un león frente a mi y un ángel caído detrás, estoy en completa desventaja, la piel de este bastardo es demasiado gruesa y dura al parecer, no puedo dar marcha atrás, tengo que encontrar la manera de matar a ambos, no solo por mi, si no que también peleare por el legado de mi padre y por ese niño que espera por mi.
CONTINUARÁ