Liam sostuvo a Lana en sus brazos y Lana respiró silenciosamente su seductor aroma. Ni siquiera se dio cuenta de cuándo sucedió, pero Liam se había convertido en un sinónimo de consuelo para ella y cada vez que la sostenía en sus brazos, se sentía segura y cómoda.
A Liam siempre le gustó tenerla cerca de su pecho y a Lana le gustaba esa posición en sus brazos porque podía escuchar el latido de Liam con su cabeza sobre su pecho y cerca de su corazón.
—Mi padre saldrá pronto en libertad condicional... —Lana susurró de repente después de unos minutos.
Ella sintió cómo Liam acariciaba su cabello suavemente. —¿Tienes miedo? Pero no necesitas tener miedo. Siempre estoy aquí para ti, y te protegeré con todas mis fuerzas. Él no se acercará a ti... Me aseguraré de eso. —Liam susurró con seguridad.
Lana se mordió el labio y susurró:
—Realmente no sé qué sentiré cuando lo vea. Jamás intenté visitarlo ni una vez... cómo desearía poder borrar cada recuerdo de él...