—De acuerdo —respondió Tiana con calma, aunque no esperaba que Nicklaus le diera ninguna tarea, no lo pensó mucho; de todas formas, era solo un archivo, después de eso, tenía todo el día para ella sola.
Nicklaus observó brevemente su expresión antes de salir por la puerta; después de que él se fue, Tiana se dejó caer de nuevo en el sofá. Tomando su teléfono de la mesa, hizo clic en el correo electrónico de la empresa y al siguiente segundo, se levantó del sofá, con los ojos bien abiertos.
—¡10... 10 archivos! —Tiana jadeó sorprendida. ¿Cómo voy a revisar todos estos archivos hoy? Se preguntaba con las cejas fruncidas de indignación.