—Eltanin bajó su cabeza hacia el lado de ella y mordió su hombro sobre la tela y ella ahogó un grito —la frotó hasta que ella fue plastilina en sus manos y entonces de repente, pellizcó su capullo. Ella abrió su boca para soltar un grito fuerte mientras olas de placer ondulaban dentro de ella, estallando. Colocó su brazo justo sobre su boca y ella terminó mordiéndolo en su brazo mientras tenía un orgasmo intenso. Él siseó, su miembro erecto temblando contra su espalda. Ella ya no pudo sostener las riendas del caballo.
—Una vez que las olas de placer se calmaron, su cabeza cayó sobre su pecho. Desde la esquina de su visión, vio que él llevaba sus dedos a su boca. "Mírame," susurró y luego succionó sus dedos —el calor le subió a las mejillas al verlo y ella jadeó—. "Sabes tan bien Tania."
—Ella dejó sus cordones sueltos mientras cerraba los ojos sin preocuparse por el mundo. Pronto, se deslizó en un sueño profundo dentro de la protección de sus brazos.