—No soy un médico de ningún hospital. Es normal que el Doctor Su no me conozca. Pero, Doctor Su, ¿recuerda lo que acaba de decir ahora mismo? —Un atisbo de vergüenza cruzó el rostro del Doctor Su. Todavía recordaba lo que acababa de decir.
Sintió que realmente había sobreestimado sus propias habilidades.
Sin embargo, tuvo que conceder la derrota. No era de los que se lamentaban por sus pérdidas, ni de los que se retractaban de su palabra.
Con un suspiro de impotencia, el Doctor Su respondió, —Lo sé. Renunciaré al campo médico en el futuro y no volveré a tratar a nadie nunca más.
La expresión de Qiao Nian era inexpresiva mientras hablaba. —No es necesario. Espero que el Doctor Su pueda devolverle a la Abuela su buena salud.
Ante las palabras de Qiao Nian, todos quedaron atónitos.
Incluso el Doctor Su estaba estupefacto.
La actitud que había tenido hace un momento había sido terrible. Prácticamente había acusado a Qiao Nian de ser una mentirosa.