En una casa vieja y en ruinas, alrededor de cinco o seis hombres estaban reunidos alrededor de una mesa.
—La tarea salió tan bien esta vez. En solo una hora, nos ocupamos de ese chico.
—Este éxito se debe a mis días de investigación, averiguando cuándo estaría solo.
—¿De qué sirve alegrarse? El empleador fue muy tacaño. Repartamos el dinero.
De repente, con un fuerte "bang," Gu Dai pateó la puerta y entró.
Su mirada recorrió a los presentes indiferente, preguntó fríamente —¿Fueron ustedes quienes golpearon a Fu Nan?
Un hombre con camisa blanca avanzó con arrogancia —Sí, fuimos nosotros. ¿Qué vas a hacer al respecto, mujer frágil buscando venganza por él? Hilarante, jaja...
Los demás se rieron también.
Con una patada rápida, Gu Dai mandó al hombre de la camisa blanca a volar dos metros.
La risa se detuvo abruptamente, y los hombres, atónitos por unos segundos, torcieron sus rostros en ferocidad —¡Vamos a acabar con ella, a enseñarle una lección a esta mujer!