—Si tienes algo que decir, dilo. No me pongas un dedo encima —Gu Dai cruzó sus brazos y miró a Song Ling con frialdad en sus ojos.
—Si no era por los secretos de la familia Song, entonces ¿por qué te casaste conmigo? —Song Ling apretó los labios antes de preguntar.
Por un momento, la boca de Gu Dai se abrió pero no salieron palabras. Su mirada hacia él se volvía más y más fría.
En los últimos tres años, su afecto por él había sido puro y sin segundas intenciones. Sin embargo, cada posibilidad que él adivinaba parecía pisotear sus verdaderos sentimientos.
—Entonces dime, ¿cuál era tu propósito? —Song Ling evitó su mirada.
—No tenía ningún propósito. Simplemente me gustabas —Gu Dai soltó una risa fría y lo miró directamente a los ojos.
—¿Gustar? —Un momento de desconcierto cruzó los ojos de Song Ling.
—Sí, me gustabas. Por eso fui amable contigo —Gu Dai confirmó.