Marissa caminaba de un lado a otro en la habitación. Akari lloraba a lágrima viva y Sofia y Citra estaban sentadas a cada lado tratando de consolarla.
Marissa miraba a su alrededor su enorme cocina e intentaba sentir el orgullo que alguna vez sintió cada vez que la miraba.
No era solo su cocina sino también su mayor logro. Su primer paso hacia su lucha con los Sinclair.
—No trabajé tan duro todos estos años para que algún imbécil intentara arrebatármelo solo porque no tengo a nadie detrás de mí... —murmuraba para sí misma.
—Hey. Está bien. No llores, cariño. —Sofia intentaba consolar a Akari que jugueteaba con su pañuelo.
—Lo siento, Marissa... —Akari sollozó secándose las mejillas—, tenía tanta porquería en sus ojos y la forma en que empezó a tocarme... era demasiado... Yo … yo no sabía si... si... si no hubiera llamado a Industrias MSin, podría haberme hecho algo malo… Él era... era… —volvió a llorar.
Citra apretó su cuerpo tembloroso y le dio una mirada preocupada a Marissa.