Sintió que una criatura se acercaba y se posicionó en la esquina del tanque, utilizando un punto ciego para observar. La criatura resultó ser una técnica de laboratorio femenina, o más precisamente, una asistente de laboratorio, vestida con una bata blanca. Parecían sin aliento, como marionetas sin vida sin ningún signo de vida. A través de su ojo izquierdo, Altair vio que las caras de estas asistentes de laboratorio estaban solo cubiertas a medias de piel, la otra mitad revelaba huesos blancos esqueléticos. La mitad con piel se parecía a las capas de una cebolla, cubierta con capa tras capa de piel, densamente empaquetada. Miró a Rolf y se comunicó a través de un enlace mental, susurrando:
—Protégelo.
Rolf asintió y le hizo una señal a Lidio; encontraron un lugar oculto y se cubrieron.