**Eli**
Al final de la caminata, Eli llegó a tres importantes revelaciones:
Número uno, Harper es un demonio. Debería de crecerle unos cuernitos lindos en la parte superior de su bonita cabeza. Entre la caída falsa y una serie de otros actos improvisados que siguieron —como "accidentalmente" derramar agua sobre él y tener que secarlo— ella hizo un gran uso de casi todos los clichés típicos de novelas para tirarse a sus brazos cada vez que podía. Y logró manosearlo sigilosamente la mitad del tiempo.
No es que él se quejara. Si lo hiciera, solo sería para protestar porque no logró hacerlo el cien por ciento del tiempo.