—¿Nos metemos de nuevo? —Eli apretó su hombro, moviendo ligeramente el brazo que tenía detrás de ella—. Pareces lista para la cama.
—Mmm —Harper emitió un sonido mitad soñoliento, mitad pero-no-estoy-lista-para-terminar-esta-noche-perfecta—. Solo quiero dormir aquí mismo en tus hombros... haces una cama tan cómoda.
Sintió que él sonreía. Luego hubo un corto momento de silencio cuando él pareció dudar sobre sus palabras. —¿Puedes... Quieres... quedarte por la noche?
Harper parpadeó. —Yo asumía que lo haría —dijo lo primero que se le vino a la mente. ¿No estaría él seriamente esperando que ella regresara a su propia habitación después de... todo esto? ¿Cómo podría siquiera conciliar el sueño sola como si fuera otro día cualquiera?
La confirmación hizo que Eli se relajara visiblemente. —Por supuesto —La besó en la sien de nuevo, como si esa fuera la nueva actividad favorita que acababa de descubrir en la vida—. Vamos, dejemos que te seques.