—Todavía no puedo creer que hiciste eso —dijo Eli, interrumpiendo sus pensamientos al parecer diciendo en voz alta lo que ella pensaba.
—¡Esa debería ser mi frase! —exclamó Harper, moviéndose en sus brazos para mirarle—. Lo que hiciste con tu... tu lengua... aún no puedo creer que sea físicamente posible.
Él soltó una risa baja, y la abrazó más fuerte, depositando un beso en su frente. El gesto era tan adorador de una manera casi inocente que si no hubiese sentido un duro espasmo contra su espalda baja, podría haberse dejado engañar.
—Pediste cosas que todavía no había tenido la oportunidad de hacerte —respondió él, acercándola más al hueco de su cuello—. Eso era solo dos de ellas. Tengo muchas más sorpresas bajo la manga.
Harper soltó una risita. Luego recordó el comentario anterior de él.
—¿Qué hice que te sorprendió tanto? —preguntó.
La mano que todavía acariciaba su cabello se detuvo un instante.