—¡Jadeo! —Fil jadeó buscando aire, y al mismo tiempo, se sentó en la cama. El sudor cubría su frente y su espalda, su cabeza palpitaba.
—Fil —sus ojos se sacudieron mientras la voz de Jackson asaltaba su oído. Se estremeció un poco, mirándolo con ojos temblorosos. Al reconocer quién era, Fil se lanzó a sus brazos.
Jackson la abrazó de manera intuitiva, mirándola. No preguntó ni dijo nada, simplemente le acarició la espalda. Justo ahora, ella estaba durmiendo plácidamente hasta que empezó a murmurar de nuevo y luego a gritar antes de despertarse.
—Está bien —la consoló—. Está bien. Estoy aquí, Fil.
Fil se aferró a su espalda, sintiendo cómo su corazón se aceleraba. —Tengo miedo, Jack.
—Lo sé —susurró él.
Fil enterró su rostro en sus hombros mientras intentaba recordar la pesadilla feroz que la había despertado. Sin embargo, cuanto más intentaba recordar, más borrosa se volvía. Aun así, los sentimientos que la pesadilla había dejado en su corazón permanecieron.