El anfitrión se paró en la entrada del salón, micrófono en mano, listo para dirigirse a la multitud. —¡Damas y caballeros, por favor den la bienvenida a nuestras impresionantes modelos mientras hacen su gran entrada! Las puertas se abrieron, y las modelos comenzaron a entrar, cada una exudando gracia y confianza.
Nari, que fue la penúltima en entrar, lo hizo en silencio. Aún estaba muy molesta y conmocionada por la llegada de Anna. ¿Cómo logró pasar por la multitud y cómo nadie capturó siquiera un destello de ella para probar que la persona que corría era realmente Anna Sui?
Anna ha negado audazmente todo, diciéndole al mundo que no era ella cuando sabía que sí lo era, porque había estado allí cuando todo ocurrió. Una vez más, Anna Sui gana. Pero no por mucho tiempo, pronto tendrá que volverla a poner en su lugar.
Nari estaba tan molesta que podía matar a cualquiera que la irritara en ese momento.