—No tienes que hacerlo —ella objetó aunque ya estuviera en sus brazos.
—¿Dice quién? —No después de todo el estrés por el que pasó hoy.
—Estaba pensando en unas largas vacaciones solo para nosotros dos y luego finalmente podrías conocer a mi familia —No era una pregunta, lo haría incluso si ella se oponía o no.
Cuando llegaron a la entrada de la mansión, Lurch había llegado para recoger el abrigo del señor y la señora y para saludarlos, pero vio a su señor llevando a su señora en brazos. Sonrió.
—Bienvenido de nuevo, señor —dijo Lurch.
—Mmm. Lurch, pide a las sirvientas que preparen un baño caliente para mi dulce —Lurch asintió y se fue. Algunas sirvientas de la mansión asomaron para ver a su señor y a la señora mientras entraban a la mansión. Las pocas que tuvieron oportunidad de escabullirse y comprar un teléfono habían tenido la suerte de ver las noticias y todo lo que estaba pasando con Nari y Mack. Cómo mintieron y cómo ahora estaban cosechando lo que sembraron.