Violeta podía sentir que estaba soñando, pero, aunque hacía todo lo posible, no podía despertarse.
En su sueño, Arden iba detrás de ella y de Jack, y cuando este intentaba protegerla, moría en su lugar.
Ella gritaba dentro de su cabeza para despertar, pero su cuerpo estaba inmerso en esa pesadilla.
Cuando Arden llegaba a matarla, después de ver cómo asesinaba a Jack delante de ella, finalmente se despertó sobresaltada, llena de sudor y también de lágrimas.
Ni siquiera sabía que era posible llorar mientras se dormía.
Jadeando compulsivamente, Violeta tomó un vaso de agua al lado de la cama y lo bebió para calmarse un poco.
El sueño era muy real. ¿Podría ser que ella también tuviera el poder de predecir? Esperaba que no.
Si ese era el caso, su futuro con Jack estaba condenado.
Tratando de recomponerse y sintiendo una opresión en el pecho, Violeta sintió una repentina necesidad de ver a Jack.