*Victoria*
"Buenos días, Marcus", dije, colocando su taza de café en su escritorio, al lado de su vaso medio lleno de whisky. Esa fue una excelente manera de comenzar la mañana.
"Buenos días, cariño", dijo Marcus con voz áspera, envolviendo una mano alrededor de mi cintura. Era más grande que su hermano, más musculoso pero un poco menos tonificado. Un tatuaje de una serpiente se enroscó alrededor de su muñeca y se deslizó por su antebrazo y bíceps, con la cabeza de la serpiente vigilando su hombro.
"Tengo algunas noticias para ti", canté, liberándome de él y tomando asiento frente a su escritorio.
En aquella oficina hacía calor, incluso con el fresco aire otoñal. Estaba harto de los escondites. Si iba a ayudarlo en su oficina, al menos quería pasar mi tiempo en un lugar agradable. Estas estrechas oficinas de alquiler a corto plazo no eran suficientes.