Alessandro se despertó antes que yo. Eso parecía ser algo raro, pero supuse que si dirigías una familia mafiosa entera, tenías que descansar algún día. Aún así, me di cuenta de que estaba emocionado por la forma en que se apresuraba por la habitación, tratando de estar en silencio.
"Buenos días", saludé adormilado.
"Buenos días, sol", respondió. Su sonrisa era casi tan brillante como el mismo amanecer. "Si queremos llegar a tiempo, será mejor que te pongas en marcha".
"Estoy despierto, estoy despierto", gemí, frotándome los ojos.
"No lo suficientemente rápido", bromeó.
Le arrojé una almohada al otro lado de la habitación. Lo esquivó mientras salía por la puerta, cerrándola detrás de él.
Me apresuré a desempacar todas mis bolsas del viaje de compras de ayer en mi maleta. Elegí uno de los conjuntos de lencería para usar debajo de mi outfit de hoy. Me encantaría sorprenderlo esta noche.