Al oír que aquella mujer del Clan Luo era en realidad la mujer de Su Chengyu, la expresión de Xiao Tingjie cambió drásticamente, tornándose aún más cauteloso.
—¡Está bien! Hoy te daré la cara y la dejaré ir por ahora —dijo.
Xiao Tingjie conocía bien la sabiduría de la frase, 'un hombre bueno no sufre pérdidas inmediatas'. Con la actual fama y fuerte habilidad de Su Chengyu, no había necesidad de involucrarse en una lucha a muerte en este momento, por lo que eligió retirarse.
—Estás equivocado, no necesito ninguna cara de ti. Si te atreves a dañar a mi mujer, solo hay un resultado para ti.
Dicho esto, Su Chengyu de inmediato atacó a esas pocas personas del Clan Xiao.
—¡Te estás pasando! ¿De verdad crees que nuestro Clan Xiao te teme? —Xiao Tingjie, al ver la resuelta intención de matar de Su Chengyu, también se enfureció y no tuvo más opción que contraatacar con todo lo que tenía.