Tao Yi echó un vistazo a su reloj antes de darle una mirada rápida al área circundante.
—Sonriendo, dijo:
—Espera por mí dos minutos.
—¿Eh?
Sin explicar nada, Tao Yi corrió hacia una floristería no muy lejos.
Pronto volvió con un gran ramo de rosas.
Hai Xiaotang quedó boquiabierta.
—Aquí tienes, son para ti —Tao Yi le entregó las rosas.
Hai Xiaotang se sorprendió:
—¿Por qué me das flores?
—Primero, es para expresar mi gratitud por tu ayuda en cuidar a mi abuelo. Segundo, te asustaste hace un momento, pensé que ver flores te haría sentir mejor —Tao Yi explicó seriamente.
Hai Xiaotang encontró razonable su explicación:
—Bueno, gracias.
Ella aceptó las flores, sonriendo:
—Esta es la primera vez que recibo rosas.
Dongfang Yu nunca le había dado flores.
Sin embargo, lo que ella dijo significaba algo completamente diferente para Tao Yi.
Él asumió que ella nunca había tenido novio...
Tao Yi no pudo reprimir una suave sonrisa, su mirada llena de calidez.