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62.5% Que se jodan los arcoíris © / Chapter 25: Capítulo 13: Que se jodan los héroes.

Capítulo 25: Capítulo 13: Que se jodan los héroes.

Hay un dragón en Badaron. Lo vi con mis propios ojitos cuando estaba terminando de limpiar la paja del granero en la granja. Literalmente me encontraba saliendo del lugar cuando vi una maldita cosa blanca saliendo del agujero en el camino que conecta a la tercera capa.

Nunca olvidaré lo ridículo que se veían los monjes y guardias que custodian la puerta, sus rostros de pánico han quedado grabados para siempre en mi mente, ja, ja, ja.

Como soy muy valiente, solo temblé un par de segundos. Bueno, tal vez fueron más, pero no es mi culpa; si no fuera tan débil en estos momentos, sin duda alguna podría hacerle frente a ese dragón yo sola. Claro, todavía tengo recuerdos no gratos de cuando luché por escapar de la boca de uno, ugh, que asco.

Pero ahora soy solo una linda jovencita granjera que ha perdido su capacidad para despedazar a la mitad de El Abismo sola. Sigo resentida con Amcottes por eso.

Como sea, luego de que el dragón de escamas blancas se estableció en el pueblo, el jefe de la aldea, un viejo llamado Wolfmanwing, convocó una asamblea de emergencia en Badaron. Las instrucciones fueron claras, no luchar ni confrontar al monstruo hasta que alguien capacitado pudiera hacerse cargo del asunto.

Por desgracia, los cazadores de dragones son unos malditos cobardes y ninguno acudió al llamado. Todos dijeron las mismas palabras, algo así como "de ninguna manera vamos luchar contra un dragón de escamas blancas, es de mala suerte". ¡Cobardes! ¿Quieren saber que es mala suerte de verdad? Es ser gótica y renacer con colores chillones hasta en el culo.

Yo misma me haría cargo de la situación en secreto si pudiera, en serio, pero como mencioné hace poco, mi capacidad de pelear se encuentra limitada… buaaaaaah. Quiero mi acceso al Sistema de vuelta, y voy a luchar hasta conseguirlo de nuevo.

Al final, alguien propuso llamar a un héroe capaz de matar al dragón. Como en todos esos cuentos cliché donde un caballero con armadura y espada pelea contra una lagartija gigante. Al final recibimos una respuesta positiva de parte del reino.

Y hablando de reino, es hora de hablar un poco sobre este mundo, cosas de las que no tenía ni idea cuando era un unicornio vagando en el piso de abajo. Al parecer, vivimos en una sociedad regida por dos bandos, un reino y una iglesia (que se joda la iglesia). En resumen, tenemos un sistema político dividido en una monarquía y teocracia, ambos lados tienen la misma autoridad y conviven armoniosamente.

La iglesia del Dragón Negro es quien manda y dirige junto al rey y reina: Edmund y Quinella Vawdrey. Y por si fuera poco, su familia es bien extraña. Indagando un poco sobre el asunto, el señor Bowyar me contó que la realeza tiene una maldición donde algún mocoso nace con ojos del llamado Dragón Blanco, la criatura que creó el mundo con su gran poder y luego se volvió loco e intentó matar a todos.

Ese dragón murió gracias a la intervención del Dragón Negro, quien lo asesinó y salvó a la humanidad. Cada cierto tiempo, nace un príncipe o princesa maldita, intentando resurgir poseyendo su cuerpo para terminar lo que empezó. Por supuesto, la iglesia se encarga de eliminar a estas amenazas para evitar que la historia se repita.

Y la última princesa en nacer con esa maldición se llama Majorie Vawdrey, pero por alguna razón que honestamente no me importa no ha sido ejecutada. Estúpidas historias secundarias, ¿Quién rayos las escribió así?

¿Pero por qué estoy repasando todos esos datos de una familia real a la que nunca me voy a acercar ni un segundo? Que el héroe encargado de eliminar al dragón de escamas blancas es el primer príncipe de esta generación. No es que espere mucho de él, dudo mucho que un niño mimado y ricachón pueda hacerse cargo de algo de este calibre.

Me acuesto sobre un montón de paja y cierro mis ojos para descansar ahora que el señor Elfash y Dranin se encuentran dentro de la casa. Je, je, je, solo será un momento de relajación y el dragón no me verá. Lo he visto merodeando por los alrededores y solo en esos momentos es donde me escondo. El resto del pueblo está lleno de cobardes que han dejado de trabajar para huir de la lagartija voladora.

Uaaaaaaah, que flojeraaaaaaa. La paja se siente tan suave y calientita que me dan ganas de dormir. Mmmmh, el dragón no se ve cerca, de hecho no lo he visto desde el día de ayer, así que creo que puedo darme el lujo de una pequeña siesta. Zzzzz…

 

•┈••✦ ۵ ✦••┈•

 

¡Uaaaaaaah! ¡Me equivoqué, me equivoqué, me equivoqué! ¡Es demasiado tarde y no he terminado con las tareas asignadas para el día de hoy! Solo quería echarme un rato pero parece que me dormí dos periodos completos. Ahora tengo que correr por toda la granja para limpiar el desorden y alimentar a los animales.

Desde que apareció el maldito dragón, no hemos podido sacar a los animales a pastar ni a caminar, así que estoy obligada a rellenar sus comederos y bebederos cada cierto tiempo. Ugh, este trabajo a veces apesta, pero al menos me reconforta pensar en la comida que me espera en la mesa. Lo único que desearía es que sea un poquito más baja en calorías, pero Dranin insiste en que necesito mucha energía para trabajar mejor.

Por favor, antes mataba muchos monstros con solo un par de manzanas en el estómago. Por fortuna, mi gran intelecto equino combinado con mi genialidad humana me hizo comer frutas, así que pude alejarme de la humillación de comer el pasto feo y seco de la tercera capa.

Con mucho esfuerzo relleno de heno el comedero de los caballos y los veo apresurarse a mascar su alimento. Uuuuh… ¿así me veía yo? Es un poco denigrante para mi orgullo humano. Coman tierra, caballos, yo triunfo de nuevo. Una vez realizada la tarea de alimentarlos, sigue llenar su bebedero. Esta es la parte que más odio, porque esa cubeta pesa mucho y me da flojera llevarla hasta el lugar donde debo verter el agua.

Tarareo mientras veo el cubo llenarse poco a poco y lo sostengo entre mis manos, haciendo un esfuerzo por cargarlo. Camino torpemente por la granja, cuidando que al agua no se derrame. Estoy haciéndolo bastante bien hasta que una voz me saca de mi concentración.

—Oye Arthur, no te quedes atrás.

—Lo siento, estaba viendo algo…

—¿Uh? ¿A esa chica? Ja, ja, ja, ¿Al príncipe de Asonas le atraen las granjeras? No te conocía esos gustos, con razón sigues soltero.

—Claro que no, pero hay algo en ella que me llama la atención no sé qué es…

Parece un grupo de aventureros, todos ellos caminan a un costado de las cercas que delimitan la granja. Ugh, sigan en lo que están, amigos, aquí no hay unicornios infiltrados. Intento ignorar sus estupideces, pero apenas y puedo cargar correctamente esta cubeta. ¡Uaaaaah! ¡Me voy a caer! Uff, logré mantener el equilibrio… ¡¿Podrían dejar de hacer tanto ruido?!

—¿Estás bien? ¿Necesitas ayuda?—pregunta de pronto la voz masculina.

¡Alerta de contacto masculino! ¡Alerta de contacto masculino! ¡Hiperconciencia no tiene información sobre eso! ¿Qué es un hombre? ¿Qué clase de monstruo es y cuanta experiencia me da? Aaaaaagh, no sé qué responder, pero no quiero que vea mis ojos arcoíris y los alabe como todas las personas que me ven.

Jalo mi sombrero para esconder mi rostro de él.

—Déjame ayudarte, ¿A dónde tienes que llevar esto?

Hey, no está intentando elogiarme… me agrada. Además, es ingenuo, je, je, je, puedo sacar provecho de esto y hacerlo trabajar para mí. Señalo los bebederos en el establo y el sujeto carga la cubeta de agua sin dificultad alguna. No te creas mucho, yo podría hacerlo, pero prefiero evitar la fatiga…

—Listo, ten más cuidado, ¿ok?—indica una vez que termina de llenar los bebederos.

Sí, sí, sí, lo que tú digas. Viéndolo bien, es apuesto. Estoy segura que tiene a un montón de chicas detrás de él rogando un poco de su atención. Coman tierra, yo gané una vez más, ¡yupi!

Lástima que se tenga que ir, me hubiera gustado esclavizarlo y hacerlo hacer todas las tareas que me han encargado mientras descanso en la paja. Lo observo dirigirme una última mirada antes de que una chica que viaja a su lado le suelte un golpe. Lleva consigo una espada, ropa heroica pero elegante y una capa.

Un momento… ¡ese sujeto es el príncipe héroe! Juas, juas, lo hice trabajar para mí, sin duda me supero cada día. Como sea, una vez llenos los bebederos y comederos creo que he terminado mis labores diarias.

En este punto podría irme a la casa a disfrutar mi recompensa, pero al parecer van a matar a un dragón pronto y estoy interesada en ver como los humanos lidian con estos problemas. Intuyo que son más débiles y tienen un crecimiento más lento que los monstruos, por lo que pude deducir cuando evolucioné por primera vez.

No pasará nada si echo un vistazo, ¿verdad? Upsi, accidentalmente me estoy alejando a la parte trasera de la granja para miraaaar. Camino cuidando que nadie note mi ausencia, pero parece que no va a ser necesario. Me escabullo hacia una pequeña colina que todavía está cercada como propiedad del señor Elfash.

Veamos, veamos, ¿qué función tienen preparada? Observo al grupo del señor héroe hablar con el viejo Wolfmanwing acerca del dragón. He escuchado a las personas asegurar que estas lagartijas de escamas blancas son muy extraños de ver, y que su presencia solo asegura catástrofes.

Patrañas, creencias de gente tonta. Como yo soy muy inteligente, he decidido llevarles la contraria, no solo porque me gusta hacerlo, sino porque conozco la verdad. Volviendo al tema de los aventureros, el grupo del héroe está conformado por personas interesantes.

En primer lugar, hay una maga de cabello oscuro atado a una cola de caballo con gafas. Luce como una nerd y me recuerda a una chica muy inteligente que iba en mi salón en mi vida pasada. Ugh, que asco mi vida anterior.

También hay un sujeto de cabello anaranjado; lleva una gran bolsa y a primera vista parece ser muy serio y calculador. Fácilmente podría ser el niñero del grupo, porque junto al príncipe, ambos parecen ser los más grandes.

Y por último, un chico rubio que sostiene un arco. Este luce como el más débil de todos y a su vez el más joven. Peeeeeero tampoco quiero subestimarlo, si está con ellos es por algo.

Todos ellos siguen discutiendo alrededor del cadáver de una vaca abisal que afortunadamente el dragón no robó de aquí. Ninguno de ellos parece tener alguna idea de donde se encuentra el dragón en estos momentos. Ninguno salvo el príncipe, que parece estar rasgando la pared con su espada.

Mmmmh, quizá valga la pena aprender algo de esto. Entrecierro mis ojos para poder enfocar mi vista en el punto exacto donde está golpeando con su arma. Woooooh, ¿de dónde salió ese leve destello que estoy viendo? En cuanto aparto la mirada, pareciera que se ha ido.

Estoy confundida, pero voy a hacer un esfuerzo más. Vuelvo a entrecerrar los ojos y noto el destello otra vez. Es como si pudiera ver unas lucecitas chistosas que flotan alrededor del punto donde el señor héroe está golpeando.

—¡RAAAAAAAAW!

Mis conjeturas se van por un momento a la caca cuando un ojo se abre repentinamente y lo que parecía ser roca de la pared se revela como un enorme dragón de escamas blancas.

Kgh… más vale aquí corrió que aquí quedó. Me escondo con rapidez detrás de un pequeño cobertizo abandonado y me asomo para mirar la pelea. El señor héroe, la maga y el arquero están peleando con toda su fuerza para derrotar al dragón.

—¡Escudo de campo!—exclama la chica.

Mis ojos se centran en sus manos. Tiene equipada una pequeña varita oscura con un destello en la punta. Justo cuando recita su hechizo, una versión superior de "Escudo corporal" se hace presente, protegiendo al grupo.

Un momento… ¿los humanos usan varitas mágicas? ¿Qué demonios es esto, Henry Popote? Voy a tener que investigar más a fondo el uso de magia en las personas; aunque cuando era unicornio, mis hechizos y habilidades se conjuraban desde mi cuerno, así que puede que una varita y un cuerno no sean tan diferentes después de todo.

Meh, creo que podría sentarme tranquilamente a comer palomitas de maíz y mirar la batalla con toda la tranquilidad del mundo, pero no pienso ser una mediocre, voy a intentar usar mi "Hiperconciencia". Concentro mis pensamientos en el dragón y solo puedo notar el maldito destello, pero nada más. Estoy segura de que eso es magia, debe de serlo.

¡Aaaaahg! ¡Te odio, Sistema! ¡Dame algo de acceso!

Volviendo a la pelea, los héroes se defienden con magia, flechas y hechizos. Por favor, esto está dándome algo de pena, tienen más estilo para luchar contra dragones que yo. Hey, tampoco le voy a quitar merito a mi trabajo de pelear contra una capa entera de monstruos.

Eso me recuerda… mi copia debe de estar ahí abajo todavía, fortaleciéndome en secreto y por debajo de la mesa. Sin embargo, mientras no pueda usar mis habilidades seguiré sin contactarlo ni ver que ha sido de él.

—¡Tiro de gracia!

—¡Filo helado!

Wow, tienen muchos hechizos y potenciadores que nunca pude apreciar en mi forma unicornio. Je, je, je, estoy anotando todo para copiárselos luego. Continúo admirando todo el espectáculo cuando ocurre algo que estaba sospechando y por fin se cumple. El dragón toma al príncipe entre sus garras y sale volando con él. Buena suerte intentando escapar de su boca, amigo.

—¡Arthur! ¡No mueras, dame un momento!—grita el arquero.

Ay ajá, ¿lo vas a matar de un flechazo? Porque lo dudo mucho. Como sea, creo que el campo de batalla va a cambiar al centro del pueblo, así que voy a largarme a mirar en el otro lado. Corro por los terrenos de la granja lo más rápido que mis débiles piernas me permite. Uff, extraño el vigor y resistencia que tenía en mi forma equina; estúpidas piernas humanas, no dan para más.

En fin, continúo corriendo a dos Jeans de fuerza (¿Entendieron? En vez de caballos de fuerza, son Jeans de fuerza… bah, no da tanta risa cuando lo explico sin Hiperconciencia).

—Chamaca, ¿pa´ dónde vas con tanta prisa?—pregunta el señor Elfash viéndome entrar como alma que lleva el diablo a la casa.

Señalo hacia la puerta de salida y no doy más explicaciones porque me da flojera hablar. Uaaaah, se los explicaré luego, por ahora hay un dragón volando el pueblo y no puedo perdérmelo.

Ugh, estoy sudando demasiado por el esfuerzo. Este es el mayor ejercicio que he hecho en toda mis vidas, irónico. Doy la vuelta por una esquina, siguiendo el rastro de polvo que se ha levantado en la calle por el golpe del dragón cayendo al piso. Me escondo detrás de una pared y observo como el héroe ha clavado su espada en el pecho de su enemigo, una vista muy clásica de los cuentos.

Maldita sea, me lo perdí. Entrecierro los ojos para ver mejor la escena y el destello tenue vuelve a aparecer en el dragón. Un momento, estoy comenzando a entender esta basura; por alguna razón, solo aparece cuando me concentro en un elemento. ¿Será rastros de magia del Sistema? Voy a necesitar un buen rato para estudiarlos.

Estoy a punto de regresar con decepción a la granja cuando escucho el cuerpo del dragón moverse. Giro mi mirada con rapidez para intentar gimotear un aviso al príncipe, sin embargo es muy tarde.

—¡RAAAAAAAAAAAAW!—ruge la lagartija de escamas blancas.

El rostro del señor héroe se endurece, llevando su mano a su espada sin conseguirlo. Las garras del dragón lo aprisionan con fuerza, inmovilizando cualquier contraataque de su parte.

¡Uaaaaah! ¡Por favor, alguien haga algo! Yo misma lo haría, pero eso involucraría una serie de eventos donde él y su equipo me agradecerían y me da flojera el contacto social ahora mismo.

Kgggh… está bien, haré un intento más de usar mi magia, pero no garantizo que pueda hacer algo al respecto, así que mejor me preparo para ver una horrible escena. Concentro mi mirada en el dragón, mirando los destellos. Cierro mis ojos y pienso en cómo se sentía usar el Sistema y lanzar mis hechizos.

Soy un asco en matemáticas, pero tal vez si lo planteo como una formula sea más sencillo. A ver, todavía recuerdo la sensación de lanzar una Descarga de magia desde mi cuerno, pero no lo tengo ahora mismo en mi cabeza. No, no importa, debo concentrarme en sentir la magia de esos destellos y recordar como lanzar ese hechizo.

Veamos, dos más dos es igual a cinco… creo. Y rastros de mágicos más sensaciones es igual a Descarga de magia. Bang.

Sin previo aviso y tomándome por sorpresa, un potente rayo sale de mi cabeza, perforando mi gorro de paja y acertando directo al dragón. Ja, si me salió. ¡Yupi! El cuerpo de la lagartija blanca cae perforado y siento un cosquilleo en mi interior que me recuerda a la sensación de subir de nivel.

Ooooooh, no tengo idea de cómo lo hice, pero salió. Aunque mi gorro está arruinado y con un enorme hueco en él. Levanto mi mirada y veo un cuerno de marfil en mi frente. ¡Increíble, volvió! Come tierra, dragón de escamas blancas, yo gano de nuevo.

—¿Qué…

Volteo a ver al príncipe y mis ojos se encuentran con los de él. Me quedo quieta en mi lugar, escondiendo mi cuerno con lo que queda de gorro. ¡Aaaaaah, que asco, está mirando mis horribles pupilas arcoíris! ¡Alerta de contacto masculino otra vez!

—¡Espera, déjame hablar contigo! ¿Quién eres?—el señor héroe se agacha para recoger su espada y aprovecho el momento para salir corriendo.

Ji, ji, ji, adiós, de vuelta a la granja. Corro lo más rápido que puedo sin mirar atrás para perderlo, tengo flojera de hablar. Lo más importante ahora es averiguar cómo funciona mi magia ahora.


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