Llegamos al B368 de Manhattan justo antes del atardecer. La ciudad, desolada y en ruinas, parecía una sombra de lo que alguna vez fue. John y yo habíamos recorrido un largo camino, desistiendo de buscar el CDC y cualquier pista que pudiera llevarnos a la ciudad de Aurora. En cambio, nos dirigimos a un lugar que él dijo que yo conocería muy bien.
Desde que crucé la puerta, una sensación de nostalgia me invadió. Sinceramente no sabía dónde estaba, pero empezaron a venir a mi cabeza recuerdos de una vida anterior, de momentos felices y de un mundo que ya no existía.
John y yo revisamos las habitaciones en silencio, buscando algo, cualquier cosa, que pudiera darnos una nueva dirección. Mientras él rebuscaba en el gabinete, buscando las llaves, yo entré a una habitación lleva de estanterías polvorientas, y encontré una caja de fotos.
La abrí y empecé a pasar las imágenes. De repente, una foto en particular captó mi atención. Era una imagen de Jin, John y yo, posando frente a un vehículo Toyota. El mismo vehículo que manteníamos reservado para emergencias.
—John, ven aquí —le llamé.
Él se acercó, y vi una sombra de reconocimiento cruzar su rostro cuando miró la foto. Pero antes de que pudiera preguntarle nada, se alejó, murmurando algo sobre revisar la planta baja.
Me quedé sola, sosteniendo la foto. Si apenas conocía a Jin desde hace dos semanas, y me había reencontrado con John en el refugio, ¿cómo era posible que apareciéramos juntos en esta foto? ¿Qué significaba esto?
Más preguntas surgieron en mi mente, pero John estaba evasivo y había prometido darme respuestas cuando regresáramos al refugio. No insistí. En cambio, dejé que mis pensamientos intentaran unir las piezas sueltas de este rompecabezas.
Revisando la casa, también encontré un viejo escritorio lleno de documentos. Entre ellos, descubrí planos de investigación que revelaban algo sorprendente. Los tres, Jin, John y yo, habíamos estado investigando documentos secretos similares a los que encontré en el centro comercial.
Mis manos temblaban mientras examinaba los papeles. Estaba empezando a entender que todo este viaje, formaba parte de un plan para que recuperara la memoria y recordara detalles de nuestras investigaciones posteriores a la pandemia.
La verdad comenzó a emerger lentamente. Jin y yo habíamos dirigido un centro de investigaciones que descubrió un plan secreto del gobierno detrás de la pandemia. John se había unido a nosotros después de encontrar un lugar seguro para refugiar a los sobrevivientes.
Pero antes de que pudiera profundizar más en esos recuerdos, escuché un ruido en la planta baja.
—John, ¿estás bien? —llamé, pero no hubo respuesta.
Me moví con cautela, mi arma en mano. Al llegar al pie de las escaleras, encontré una oficina cerrada, abrí la puerta, y justo allí, empecé a recordar.
Tuve una visión muy clara. Vi un grupo de criaturas no humanas entrando por la puerta. Eran parecidas a las que habíamos enfrentado en el centro comercial. Su objetivo era claro: me buscaban a mí.
—¡Chloe, corre! —gritó John desde el otro extremo del pasillo.
Comenzó una batalla feroz. Las quimeras se movían con una velocidad única, y fuerzas sobrehumanas. John y yo luchamos juntos, pero pronto me di cuenta de que no eran simplemente monstruos. Estaban aquí por una razón.
Me querían muerta porque poseía información ultra secreta que podría revelar toda la conspiración detrás del virus y las quimeras.
Con cada golpe, más recuerdos venían a mi mente. Recordé a Jin tal como la había visto en mis sueños unos días antes. Yo estaba tirada en el suelo, desvanecida, y ella usaba una tecnología avanzada, para salvarme de una muerte segura.
Un recuerdo me invadió: estábamos cerca de descubrir la verdad sobre algo llamado: Élites que tenían conexión con el virus. No estaba segura de qué eran. Pero tuve la certeza que estuvimos a punto de descubrirlo.
Escuché los gritos de John llamándome, desde arriba, y subí las escaleras buscando la entrada mientras mis pensamientos seguían batallando con preguntas fundamentales: ¿Qué eran los Elites?... Y las quimeras, ¿Qué rayos eran? ¿Qué relación tenían con el virus? ¿Qué diablos era Pandora?
—¡Hey rubia! ¡Mira esta belleza! —gritó John, desde la salida.
Tomé la foto donde estábamos los tres, y salí a encontrarme con John.
Al poco tiempo íbamos a toda velocidad en el Toyota. Yo iba absorta en mis pensamientos.
"¿Cuándo me tomé esta foto?", —pensaba mientras sostenía la foto donde estaba con John y Jin, posando enfrente del Toyota.
"¿Qué está pasando? ¿Por qué me siento tan triste al ver esta foto?"
Podía oír la voz de Jin:
—Chloe, por favor, no te mueras...