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Nial estaba lejos de estar bien.
Sabrina quería vengarse por la muerte de su madre. Ella quería hacer algo en lo que él había fallado miserablemente.
Era obvio que no estuviera bien, pero Nial no se atrevía a decirle a Sabrina que no se fuera.
Su única tarea había sido proteger a Sabrina, y matar a Bella podría considerarse apenas una misión secundaria.
Por otra parte, era evidente que Bella era extremadamente peligrosa. Su supervivencia significaba que él, Sabrina e incluso su padre estaban en peligro.
«Debería haberla matado cuando tuve la oportunidad», pensó, lamentando haber intentado torturarla primero.
Torturar a Bella podría haber sido satisfactorio y un medio para disminuir sus culpas y remordimientos temporalmente, pero no había valido la pena.