—Me pregunto si podré enviarles un mensaje desde Jundra... —murmuró Nial, sosteniendo un cristal mensajero de alta calidad en su mano.
En el cristal mensajero estaban grabadas numerosas constelaciones rúnicas, y se suponía que solo requerían de mana para ser utilizadas sin problemas a lo largo de tres o cuatro galaxias.
Nial no estaba seguro de dónde se encontraba exactamente Jundra en el Universo, por no mencionar cuán lejos estaban Elvian y Ximatra una de la otra.
Por lo tanto, tampoco podía estar seguro si sería posible enviarle un mensaje a Ophelia si alguna vez quisiera encontrarse con la raza Draco.
Nial estaba apenas haciendo sus preparaciones finales para dejar Yggdrasil. Había almacenado un montón de libros que estaban directamente relacionados con técnicas de forja, técnicas de confección y otras técnicas de grabado de razas como los Enanos Rulikan, Mechalins y muchas más.