—Tu nombre es Eiko, ¿verdad? —Keoza observaba al bebé Slime que se daba un festín con bayas a su lado, mientras contemplaban cómo se desarrollaba la batalla.
—¡Un! —Eiko respondió antes de meterse una baya roja en la boca.
—¿Quién crees que ganará?
—¡Pa!
—¿Oh? ¿Así que crees que tu Papá ganará?
—¡Un! —Eiko asintió mientras miraba la proyección del campo de batalla que mostraba a su Papá mirando a sus enemigos con una sonrisa confiada en su rostro.
Keoza soltó una risita mientras volvía su atención a la batalla. El campo de batalla donde Lux y los demás estaban peleando actualmente le había sido obsequiado por alguien que apareció de repente en la mazmorra hace varios años.
Esta persona le dijo que si alguna vez llegaba el momento en que alguien entrara en la mazmorra y lograra llegar a la Gruta Interior, los hiciera jugar el juego para aliviar su aburrimiento.
Después de ver cómo el Medio Elfo luchaba contra los Kobolds, al Dragón de Cristal le pareció bastante divertido.