—Hombre, te quiero —dijo Sebastián mientras se sentaba en la lujosa cabina VIP número 7 y saboreaba el costoso vino que le sirvió cortésmente una hermosa chica humana.
La chica humana era muy coqueta con Sebastián ya que él respondía bien a sus encantos, mientras que su amiga intentaba suerte con Max; él era demasiado frío y pronto la mujer captó la señal de que este tipo era inaccesible y se retiró respetuosamente.