—Debes estar emocionado por hoy, ¿eh? —le preguntó Kane a Rui, sonriendo con suficiencia.
—Bueno... —Rui sonrió con ironía—. Mentiría si dijera que no lo estoy.
—Mejor que no te den una paliza.
—Haré lo posible.
Rui y Kane bromeaban mientras se dirigían a las instalaciones de entrenamiento. Había pasado un año desde que ambos se unieron a la Academia, ambos habían dado un estirón en ese período, creciendo varios centímetros de altura, sus cuerpos se habían definido visiblemente en musculatura, algo no característico de adolescentes normales, habiendo perdido hace tiempo muchas de sus características infantiles.